En efecto, todos los días me la hacen por lo menos una vez, y los entiendo. Tiene sentido. Y cuando no me la hacen, me la hago yo misma.
¿Por qué ya no?
Mejor te lo explico a vos, y que los demás también entiendan. Se llama cansancio, supongo. Otras veces me gusta llamarlo un momento de iluminación. Siempre me es difícil definirlo...
Como sea, el punto es que las cosas ya ni son ni van a volver a ser las mismas... Porque para comenzar -y sólo para comenzar- yo ya no soy la misma. Estoy monstrusamente diferente. Y sabés a qué me refiero con lo de monstruoso...
Sí, ¿qué decirte? No sé hasta qué punto sea inteligente... No, no, momento. Eso ya está definido. Inteligente, no es.
Y tantas cosas que se pueden sentir... No sé, a veces ni yo misma entiendo lo que pienso... Es demasiada gente hablándome de la misma cosa con diferentes versiones y casi en diferentes idiomas.
Es tan confuso... Porque hoy lo quiero, pero mañana ya no.
Porque no es tan simple como parece, nooo... Es complicadísimo... O a lo mejor es que yo me lo complico. Sí, seguro eso es...
¿Por qué tiene que ser tan difícil maniobrar con toda esta carga de sentimientos?
Ah, what the hell... Vengo llegando y me está matando una marea alcalina, así que en vez de tirarme mis rodeos usuales, vayamos al grano de una vez por todas.
Me da PÁNICO.
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