Mi Vida en Música

Lo había visto y no le había dado demasiada pelota, pero como aparentemente están de moda las cosas a petición, voy a llenar el asunto este de la vida de uno con la música en shuffle... Pero bueno, estamos hablando de más de 7400 canciones, así que no me responsabilizo por las cosas locas que puedan salir...

1. Como te sientes hoy? De pies a cabeza- Maná (Jaja, es acertado, jajaja)

2. Cual es tu perspectiva de la vida? So sorry, it's over- Blink 182 (Alentador, jeje)

3. Que piensa tu familia de ti? Don't let me down - John Lennon (Señor...)

4. Que piensan tus amigos de ti? E'Delicato- Zucchero

5. Que piensa la gente que no te conoce? The Prophecy- Howard Shore (Ven? Cosa ultra loca que no dice nada...)

6. Que piensa de ti la gente que quiere estar contigo? Porcelain- RHCP (Jeje...)

7. Como ha sido tu vida amorosa hasta ahora? Ramble On- Led Zeppelin (Bueno, de FIJO tenía que ser de Led Zeppelin...)

8. Como sera en el futuro? Años de Soledad- Astor Piazzolla? (Hablando de felicidades futuras! jajaja... Y TENÍA que ser un tango!)

9. Te casaras? Joy and Pain- Ronan Keating (...)

10. Tendras hijos? My Love is Dangerous- Freddie Mercury (¿O sea? Jaja...)

11. En la escuela? Stripped- Depeche Mode (*Cough*)

12. Serás exitoso? Getting Better- The Beatles (¿Eso es bueno? Jaja)

13.Cancion para cumpleaños? Jesús Verbo No Sustantivo- Arjona (Bueno, tenía que ser de Arjona...)

14. Cancion para tu funeral? They're Red Hot- RHCP (WTF?!)

15. Cancion sobre tu vida? The Great Gig In The Sky- Pink Floyd (Ya...)

16. Tu mejor amigo y tú son...? It's Raining Men- The Weather Girls (JAJAJAJAJA... Ojo, Cosito!)

17. Para los tiempos felices... ? Persiana Americana- Soda Stereo (... Nah)

18. Para los tiempos tristes...? Nada Cambia- El Parque (... Nah)

19. Para todos los dias...? Dazed And Confused- Led Zeppelin (Me TIENEN que estar jodiendo...)

20. Tu perspectiva del mundo? Canción Última- Serrat (No comments)

21. Tendrás una vida feliz? Don't Damn Me- Guns N Roses (Pretty Please, jaja)

22. Como será tu muerte? Carnaval Toda La Noche- Los Fabulosos Cadillacs (Me alegra, y mucho, jajaja)

23. Eres una buena persona? Staying Power- Queen (¿Eso dice bastante?)

24. Vale la pena aquello a lo que te dedicas? Sympathy For The Devil- The Rolling Stones (Estehm.....)

25. Que opina la gente de lo que dices? Love Somebody- Robbie Williams (Yo sé que ocupo buscarme vida, pero gente! jajaja)

26. Tu mayor defecto? Tu nombre me sabe a yerba- Serrat (¡Palabra! ¡No es ese! Jajaja)

27. Tu más Grande virtud? Friends Will Be Friends- Queen (MUY sinceramente no creo que tenga algo que ver con amistad, pero si Tango lo dice... Sabe más un iPod que yo...)

28. Mueres por... ? Quisiera Ser Un Pez- Juan Luis Guerra (¡De fijo, eso era lo que buscaba! jaja)

29. ¿Que opinan tus amigos de la infancia sobre ti? Through With You- Maroon 5 (Ah, qué amables...)

30. Tu inclinación política es más bien...? Swallowed- Blind Melon (Si así le llaman ahora...)

31. Tu mayor frustración...? Canción de Adiós- Coti (Ingrid sabe que eso -lo que me recuerda esta canción- me frustró bastante, jeje...)

32. ¿Que piensa la gente cuando ve tus ojos? Supercalifragilisticexpialidocious- Julie Andrews (Esteban tiene razón, yo no debería hacer esto porque salen estas cosas...)

33. Tus manos...? Who Needs You- Queen (¡Noooo! ¡¡Siempre me han sido fieles, sí las necesito!! Jaja)

34. Tu más reciente relación amorosa? Numb- Linkin Park (See?)

35. ¿Que es lo que más temes de tí mismo/misma? Just A Little Bit- Maria Mena ( Di...)

36. ¿Que te hace llorar? Somewhere Over The Rainbow- Rufus Wainwright (Bueno... *sob*... Si se refieren al teatro, pues sí, lo extraño... Buaaa!)

37. Tu pareja ideal es... ? Dieguitos Y Mafaldas- Joaquín Sabina (¡No insistás tanto, destino! ¡Está bien, me resigno a vivir mi vida con un argentino! Jaja)

38. El dolor para ti es como... ? No Rain- Blind Melon (Qué mal shuffle...)

39. Tu personalidad tiende a...? Amigo Mayor- Silvio Rodríguez (¡Que no, que soy una maldita!)

40. ¿Apodo? Guava Jelly- Bob Marley (JAJAJAJAJA)

41. ¿Que opinan la mayoría de los hombres acerca de ti? Cuernos- Joaquín Sabina (¡MAEEEE!)

42. ¿Y las mujeres? Malas Intenciones- Héroes del Silencio (De fijo, jaja)

43. Para despedirse? You Really Got Me- Kinks (Yup, you did...)

Ok, fue curioso... Se los recomiendo, jaja... Mi futuro podrá no ser prometedor, pero es una divertida y clarividente manera de perder un rato, aunque Esteban diga que duré demasiado haciéndolo...

Dictionnaire Des Idées Reçues

Buscando en la e-biblioteca de Alejandría me fui encontrando un lugar curiosísimo que me refería a un lugar todavía más curioso. El diccionario de lugares comunes de Gustave Flaubert. Los invito a echarle una ojeada, ya que ahí está "todo lo que es necesario decir en sociedad para convertirse en una persona decente y amable", ordenado alfabéticamente...

Après Tout a.k.a Even Though

C'est petit, le monde, aprés tout...

¡Compatriotas! ¡A las armas! ¡Ha llegado el momento que os anuncié!... Y en efecto llegó, y cuando llegó me llegó sentada llorando frente a un espejo, llorando más cada vez que me veía llorar...

Nunca he sido partidaria de la gente que dice que llora de rabia, creo que muchas veces ese decir que se llora de rabia es nada más una forma de buscar la valentía en el acto de llorar. Decir "no lloré por débil... de hecho lloré nada más de macho que soy". Dadas las circunstancias en este momento calzaría perfecto decir que lloré de rabia, pero como digo siempre, no me gusta mentirles. Lloré del puro dolor de no estar ahí, mezclado con la amargura de que ni siquiera me oyera, con el enojo de ya haber tenido todo preparado con la esperancita ilusa (¿cuál esperanza no es ilusa?) de que de alguna forma pudiera llegar, pero estar en plena escena a las siete de la noche ya no dejaba mucho campo para esperar que tal vez, a lo mejor, existiera una posibilidad de que fuera probable que quizás...

Y en efecto tuvo que llegar el momento que ya luego te contaré, pero sólo a vos, porque el asunto de verdad se puso muy feo. Yo ya no estaba llorando, me llamaron a las armas y no me quedó más que contestar la llamada. Tuvo que ser por teléfono, y al final que fue una locura, yo creo que nos oíamos gritando de casa a casa. Yo gritaba porque por más que gritaba no me sentía oída, y era como uno de esos sueños en los que uno trata de hablar y nada más no salen las palabras... Con el agravante de que de hecho estaba despierta y de que nada más me estaban ignorando.

La noche fue horrible, te soy sincera... Soñé con garrapatas, con manos, con vos, con libros viejos, de hecho creo que soñé con El Erial ("flor que toco se deshoja"), con tal jauría de sueños horribles que me desperté como si no hubiera dormido...

Todo el asunto me deja un mal sabor de boca por todo lo que tuvo de manipulación, aunque me sienta más que muy alegre por haberlo (por fin) enfrentado...

("que en mi camino alguien siembra el mal
para que yo lo recoja
")

P.S: "My belly is jolly", y una ligera referencia a un post anterior , que merece cariño de mi parte...

La Familia, La Propiedad Privada y El Amor

Canción del día, de fijo...



El derrumbe de un sueño,
algo hallado pasando,
resultabas ser tú.
Una esponja sin dueño,
un silbido buscando,
resultaba ser yo.
Cuando se hallan dos balas
sobre un campo de guerra
algo debe ocurrir;
que prediga el amor,
de cabeza hacia el suelo
una nube vendrá,
o estampidas de tiempo
los ojos tendrán.
Fue preciso algo siempre
y no fue, porque tú
tenías lazos blancos en la piel,
tú, tenías precio puesto desde ayer,
tú, valías cuatro cuños de la ley,
tú, sentada sobre el miedo de correr.

Una buena muchacha
de casa decente no puede salir.
¿Qué diría la gente
el domingo en la misa
si saben de ti?
¿Qué dirían los amigos,
y los viejos vecinos
que vienen aquí?
¿Qué dirían las ventanas,
tu madre y su hermana
y todos los siglos
de colonialismo español
que no en balde
te han hecho cobarde?
¿Qué diría Dios
si amas sin la Iglesia y sin la ley?
Dios, a quien ya te entregaste en comunión,
Dios, que hace eternas las almas de los niños,
que destrozarán las bombas y el napalm.

El derrumbe de un sueño
algo hallado pasando
resultabas ser tú
Una esponja sin dueño
un silbido buscando,
resultaba ser yo.
Busca amor con anillos
y papeles firmados,
y cuando dejes de amar:
ten presentes los hijos,
no dejes tu esposo,
ni una buena casa,
y si no se resisten,
serruchen los bienes
—pues tienes derecho también—
porque tú
tenías lazos blancos en la piel,
tú, tenías precio puesto desde ayer,
tú, valías cuatro cuños de la ley,
tú, sentada sobre el miedo de correr...



*Yawn* Me siento sencillamente enferma... De verdad soy una cobarde...

Ciclos

¿Qué puedo decir? Escribo con las uñas llenas de tierra por debajo, de sangre por encima. Me siento a escribir luciendo mi mejor risa sardónica, la de lujo, la que no es demasiado común en mí, aunque se pudiera pensar lo contrario, y veo el monitor como si fuera mi enemigo a muerte mientras escribo.

Creo que comencé a escribir para llevarle la contraria al tedio que me está llevando a mí.

...La misma casa con la fachada art decó y los lados cayéndose, el parque con los borrachos y los perros, el mismo ciclo que se repite una y otra vez. Noto que se repite en el vacío que hay mientras ha terminado y no ha vuelto a comenzar. Para cuando voy a intentar salir, ya ha vuelto a comenzar y se me ha olvidado todo.

Genial, ahora me sangra la boca y se me comienza a herrumbrar la lengua. ¿Qué sigue? Sangre en manos, pies y boca, dejando camino por donde paso para que no se pierdan los que me cazan.

Ya para este punto estoy demasiado cansada, justamente en esa nada antes de que arranquen otra vez los círculos. No es nada grave, no es nada grave... Todo esto pasa rápido, es mi limbo recurrente de amargura...

Algo me dice que pronto va a comenzar otra vez... Todo tranquilo, porque cuando comience se me va a... ¿Qué iba diciendo?

De Paso

¡Me admitieron en

Filología Clásica!

(...gran sorpresa...)

Círculos Viciosos

Sabinismo 100%...

A La Orilla De La Chimenea

...Que no se crea que volví porque estoy triste.



Toma mi dirección cuando te hartes de amores baratos...

I Know Nothing

Or maybe I do know something... But everything's completely blurry. Wait. I remember. I was looking for something! Something really important! Something that meant my life to me!

But what was it? Because I think I might need someone to remember it, since I'm afraid I even lost myself looking for it, whatever it was. So many times I thought I had found it that now I can't even be sure of what it was...

Or maybe I did find it, after all... Maybe it's just that I did forget what I was looking for, and then found the real thing while I thought I was looking for something else.

Maybe I didn't lose it, in the first place. Maybe it's still there, just waiting in the same place I left it so many lifetimes ago.

Or perhaps I didn't lose it, meaning that it wasn't my fault. Maybe it was just its time to vanish... No, I'm pretty sure it was my fault.

It's gone. It may be gone forever. Liar, liar. That's all. That's what I get in the end. My new masterpiece, my constant play, my life. There are differences between an actress and a liar. An actress can tell the difference between the play and the reality. No, no. I'm a liar, and a good one. I'm the one who fakes the feelings and ends up believing it.

Wait. Hush... I think I got it. Yes, I remember now! I can see it: It's me, waiting. I'm standing there -I don't know where that is-, and I'm looking at something that isn't coming. What's happening? Why am I still waiting? Oh, oh... Yes, I got it now. That's what I'm waiting for... And I can't leave because I chose to wait for it even when I knew it didn't exist anymore.

Ida

Es muy probable que me ausente por un tiempo del blog, hasta que esté lo suficientemente triste como para volver a escribir. Por el momento lo que siento es nada más una urgente necesidad de... te lo puedo decir al oído, never mind.

Adrienne

No, no se llama Adrienne ni es una mujer, pero bueno.



I've been thinking about you, my love,
And all the crazy things that you put me through.
Now I'm coming around, throwing it back to you.
Were you thinking of me when you kissed him?
Did you taste me when you licked his skin?
All the while I showered you with trust and promises.
What I'm needing now is some sweet revenge,
To get back all that I lost then.
I gave you all I had to give, but I could never reach you...

Oh, Adrienne, I thought I knew you.
Once again, you used me, used me...
Adrienne, I should have left you.
Long before you used me, used me up.

Spent my money, drove my car.
I treated you like a shining star,
But in my sky all burnt out you are
And I'll have the last laugh,
when I see you walking with some other guy,
'Cause I know you're gonna end up all alone.
So take these words, some good advice:
All you've done's gonna come back twice.
You never cared how much it hurt,
I really need to tell you:

Oh, Adrienne, I thought I knew you.
Once again, you used me, used me...
Adrienne, I should have left you.
Long before you used me, used me up.

What I'm needing now is some sweet revenge
To get back all that I lost then.
I gave you all that I had to give,
but I could never reach you!

15

Dolida es poco.

Marina


Como para todos hay en la viña del señor, buscando y rebuscando se pueden encontrar los que buscan el mar para divertirse, para viajar, para suicidarse… El caso es que no hay una única forma de percibir el mar.

Para mí ha sido algo que he querido ignorar por temporadas, a veces medio de vida para la familia –y no somos ni pescadores ni buzos…-, pero la constante ha sido que me inculcaron que es “algo” que merece respeto. A mí me parece más un “alguien” que un “algo”, pero bueno, a lo que me enseñaron. No se trata de que salga corriendo con la primera ola que me encuentre, o que me eche a morir el día que me pierda en mar abierto. Sencillamente me enseñaron que no es un lindo lugar para bailar con la calaca.

Desde pequeña me ha encantado el boogie. Comencé con una tablita de esas que se usan para enseñar a nadar, pero luego de notar mi estado calamitoso con mi tablita rosada multipropósito, mi abuelita para una navidad (o cumpleaños, no recuerdo) decidió comprarme un boogie de verdad. Me compró uno rojo con correa anaranjada. Tenía en la parte de arriba un diseño algo tribal de plumas amarillas, moradas y celestes. Como sea, mi boogie y yo no pasábamos desapercibidos por la playa. Y aunque la descripción sé que suena a capa de circo, todos los chiquilines de la playa lo envidiaban y los grandes alguna que otra vez me comentaron que qué buen diseño.

Al inicio, eso sí, parecía que había un boogie fugitivo por la playa, porque mi bienamado era prácticamente más grande que yo, pero luego comencé a agradecer el sobrante original de tabla, ya que me fue fiel y útil hasta hace muy poco tiempo, ya con mi estatura actual.

Aclaración: Soy de las nenas que va a la playa a disfrutar el mar, no a un desfile de modas o a tomar el sol que, de paso, brilla en todo el mundo, no solo en la playa. No voy a buscar novio o amigos, por lo que la paso bomba de una manera que pocos podrían imaginarse. Es casi el único tiempo en el que de verdad me libero del interés que me pueda provocar lo que piense la gente.

Volviendo a mi boogie. Compañeros de aventuras, de desdichas, siempre me esperaba en mi casa de Guanacaste. Claro, es una casa casi sin vecinos, por lo que fue midnight snack de todos los cacos del lugar. Se fueron robando todas las cosas, que ahora pacientemente llevamos y traemos de/a San José. Mi boogie, sin embargo, entrenado para resistir desde el sol hasta las olas y las piedras sobrevivió una tras otra las entradas de los mismos ladrones que nunca lo notaron detrás de la puerta de uno de los baños. O lo notaron y por enorme no lo pudieron sacar.

En diciembre, sin embargo, volvieron a entrar a la casa y esta vez abrieron todo un observatorio astronómico en el techo de la cocina, del que no se escaparon los colchones y las almohadas, sin contar platos, vasos, tenedores, trapos viejos del piso, mis crayolitas inservibles y una lista interminable de cosas cada una más tonta que la anterior. Dentro de las bromas para lidiar con la situación estuvo el haberme encontrado una mariposa de tubería tirada debajo de un almendro, y comenté que seguramente fueron tirando las cosas inútiles en el camino, pero que a ese paso, a los 100 metros ya debían ir con las manos vacías. Pero no he encontrado mi boogie en la acera.

Este fue mi primer viaje a la playa sin mi adorado boogie. El primer día que fuimos al mar me ocupé nadando de un lado para otro, peinándome, flotando, chocando la espalda contra las olas que revientan, que me había hecho experta en montar. En este único caso me ahorro la molestia de la modestia. Montaba las olas con una facilidad envidiable. Ninguna ola se me iba, ninguna me revolcaba, y algunos de los momentos más felices de la playa los pasé junto a mi –extrañamente- innominado boogie.

Hoy volvimos al mar. Desde el balcón del restaurante se podían ver las olas gigantes estallando muy lejos de la arena, los muñequitos mínimos de la gente perdiéndose debajo de la espuma y luego apareciendo lejos de donde habían estado al inicio.

Yo, que había cargado con la pérdida con un estoicismo del mejor, no pude más que extrañar mis tiempos mozos con mi tabla roja y quejarme por un buen tramo hasta el mar, donde en efecto comprobé que unas olas frecuentísimas y como de dos metros de altura tenían a todos los detractores del suicidio lejos del agua.

Era de esperarse. Unos 7 tenían boogie. Creo que en algún momento pensé en buscar el mío para dejar flotando bocabajo al que lo tuviera. Al final decidí ni siquiera determinar el color de ninguno, y mantuve mi duelo de viuda negándome rotundamente a alquilar alguno.

Entramos, y la fuerza con la que llegaba el agua a la playa prácticamente movía los pies. Costaba avanzar. Habíamos entrado poco, y una ola estaba reventando muy adentro en el mar. Hay maneras de salir intacto de esas olas. Una es estar muy adentro, casi adonde se forma y sencillamente saltarla de costado o de espalda. De costado porque es más seguro cortar así el agua, y de espalda porque es más rico. Otra es estar afuera afuera, adonde ya la ola es pura espuma, digamos donde ya llega apenas un poco más arriba de las rodillas, y la otra es consumirse en el agua por debajo de la ola, que generalmente se queda bastante quieta mientras pasa la mole por encima. Una variante de ésta, más segura, es consumirse en la ola y atravesarla cuando está a punto de reventar.

¿Qué la ola ya comenzó a reventar y yo estoy debajo, qué hago? ¿Qué hago si no puedo con ninguna de las anteriores? Agárrese la ropa (importante), respire hondo (más importante) y péinese el copete por la eventualidad de tener una cita intempestiva con San Pedro (de no tener fuertes creencias católicas se puede ignorar la última precaución).

Claro, con un boogie es más fácil, y las precauciones anteriores casi no cuentan, porque prácticamente cualquier momento es un buen momento para tomar el ride de la ola. Pero yo no tenía boogie. La primera ola me revolcó como no recordaba que me revolcara el mar desde mis cinco años una vez que vino una ola tan fuerte que mi abuelito no me pudo agarrar y rodamos los dos por la arena.

Tomé la ola de frente, en un intento tardío para atravesarla consumiéndome. Me dio la vuelta entera y me sentía dibujando eses debajo del agua. Salí despeinada y un poco avergonzada conmigo misma por la falta tan lógica por la que me habían revolcado.

Entré, venía la segunda ola, y la atravesé, pero noté que eran unas olas como pocas veces había encontrado, eran verdaderamente como paredes. Se sentía como atravesar el cemento todavía húmedo. Se llegaba al otro lado un poco aturdido, y en definitiva golpeado.
Tercera ola. Error de cálculo número 2. Revolcada sin remedio. Tenía el agua casi a la altura de los hombros cuando me llovió la ola en la cabeza, y me tiró de cara contra la arena con una violencia matadora. Por la fuerza del agua y el cambio de presión que creó la ola al caer vino el típico dolor de buzo, el sentir que se revientan los oídos, que se perforan los tímpanos, y medio perdida por eso fue cuando ya la ola comenzó a llevarme hacia afuera. Todavía lúcida, tomé la precaución importante de sostenerme las dos partes del vestido de baño, que para el punto en que las sostuve podían ir aproximadamente por el cuello y por los muslos. No perdí la calma, acostumbrada hasta cierto punto a ese tipo de chascos. O por lo menos no la perdí hasta que descubrí que la ola había reventado en agua tan profunda, me había sumergido tanto y me llevaba con tanta fuerza que yo no estaba siquiera cerca de la superficie y ya no tenía aire. Ya sin calma y nadando como desesperada, verdaderamente cuestión de vida o muerte, logré llegar a la superficie por un pelo, donde la ola me siguió arrastrando, igual que a muchos otros, pero por lo menos podía respirar.

Nunca había sentido la perfecta convicción de que iba a morirme. Ya sentía el corazón latiendo más fuerte no solo por el pánico, sino por la falta de oxígeno. Es que no exagero. Estaba segura de que me iba a morir, chapaleando casi tocando el fondo, sin aire, y sin esperanzas de llegar a la superficie. En uno de esos intercambios con el destino, pensé que no, que por favor no, no morirme hoy, ni ahogada, ni en el mar. Sobre todo no ahogada.

Salir a flote fue, ¿cómo describirlo sin ningún recurso trillado? Fue como dormir con muchísimo sueño, o llegar a orinar justamente en el momento en el que ya la vejiga está comenzando a cantar rancheras. Perdón por la poca poesía, pero se me acaban las palabras y no llego ni cerca a lo que sentí en ese momento.

Pude apenas equilibrarme un poco y ver hacia adelante y atrás para darme cuenta de que la mitad de mis co-bañistas todavía no habían logrado reponerse de la ola, y que no encontraba a mi abuelito por ningún lugar. Me desesperé como no me desesperé ni cuando sentí que me iba a morir. No podía creer que me hubiera ido adelante con ese tipo de olas, y que lo hubiera dejado atrás. Podía haberle pasado cualquier cosa, sobre todo porque no era la primera ola, y era la más fuerte que alguna vez hubiera visto (o sentido).

Era como uno de esos sueños recurrentes que tengo en los que estamos en los que se va formando una ola de unos 100 metros de altura, y que estamos en la sombra que proyecta, y que corremos pero casi no nos movemos. No lo encontraba, yo ya estaba bien apoyada en los dos pies en agua bastante tranquila, y seguía sin verlo.

Poco después lo vi apoyado en una rodilla saliendo de la espuma del final, ya en la playa. Comencé a correr como en el sueño, porque la ola que ya se retraía me llevaba hacia atrás. Corrí y corrí hasta estar segura de que estaba bien. Nos mantuvimos en la arena con el agua apenas por los tobillos y con los brazos cruzados, sin saber si entrar otra vez o no, y con un cierto sentido de derrota flotando entre los dos.

Decidimos entrar otra vez, pero poner en práctica todas las precauciones posibles. Sabíamos que la verdad el riesgo sí era grande. Las olas jugaban con la gente como con muñecas de trapo, y sin poder hacer nada todo el mundo terminaba haciendo acrobacias subacuáticas en las que en cualquier momento se podía encontrar una piedra en la nuca que decía que se acababa el paseo. Whatsoever.
Fue como una lucha a muerte, o mejor dicho, a vida. Duramos poco, la verdad, y no tenía caso. Eran olas sin el menor interés por la lógica o por las leyes de la física, que arrasaban todo lo que tenían por delante, y contra las que no valía ni las tablas, que clavaban la punta en la arena y catapultaban a los tripulantes hacia adelante.

En efecto no tuvo caso. Todavía me dolían los oídos. Poco después de haber salido, y una vez que había encontrado a mi abuelito y pasado el rush de adrenalina, tuve tiempo para notar que sentía un dolor en los oídos que llegaba hasta la garganta y que casi no me dejaba hablar, y que el dolor era tanto que estuve a punto de llorar. Me tapaba los oídos, intentaba bostezar, pero nada quitó el dolor por la compresión y descompresión. Cada vez que atravesaba las olas, los oídos se me volvían a tapar y destapar, hasta que ya era masoquista rayando en suicida estar en un mar tan picado.

El mar, con todos sus bemoles, es un lugar de socialización casi inevitable. Como no hay límites definidos entre el espacio de uno y otro, y casi siempre la gente se va moviendo en diagonal por las olas, muchas veces sin darse cuenta, se ha llegado a parar entre un grupo de gente completamente inesperado, con el que casi siempre se comparte aunque sea una sonrisa de “perdón”. Vale mencionar que rara vez soy yo quien tiene esos encuentros, porque no soy persona grata a la primera impresión, porque los chiquitos no se me acercan y porque siempre había estado muy ocupada con mi boogie.

Esta vez, ya cuando mi abuelito y yo estábamos en la agonía de que no paraban las olas, un chiquito se nos puso atrás. “¡Ay, qué ola más grande!” “*Glu glu* ¡No toco el suelo!” “¡Hay que consumirse si uno no quiere que se lo lleve!” Y bueno, era un dientón simpático, un chiquillo gordillo de los pocos que a mí me simpatizan. Nos estuvo hablando sin poder cerrar la boca por los dientes, consumiéndose y siguiéndonos mientras intentábamos salir. Nada más lo intentábamos, porque cada tramo que se avanzaba se perdía cuando el mar tragaba, y porque había que devolverse otro tanto más para poder sortear la ola estando lo suficientemente adentro. Así estuvimos un buen rato. Luego el nenín nos dijo: “¿Están intentando salir?” No le habíamos puesto demasiada atención. “Sí”, le contesté yo, y seguí en mi trabajo de andar y luego desandar lo andado. Se quedó flotando en un solo lugar. “No pueden salir”.

Tuve que volverme, y me explicó con mucha paciencia lo que yo ya había notado, que posiblemente en vez de avanzar cada vez retrocedíamos un poco más. Me lo explicaba entre ola y ola, levantándonos dos metros cada vez que las evadíamos. Yo ya lo sabía, pero no se lo iba a conceder a semejante chamaquillo. Nos revolcaron las olas otras tantas veces en el intento de nada más ignorar que venían y usarlas para nadar hacia afuera. Al final nadie intentaba salir por el miedo a ahogarse antes de llegar a la playa.

El mar no es nada más “algo”. No solo está vivo. Mata. Y tiene caprichos y malos momentos, rabietas, y tiene soledad. Más que nada tiene soledad. Y hoy debió ser uno de esos días en los que se sintió ignorado y nos encerró ahí para tener con qué jugar. Juegos rudos, los que juega.

Veía en la arena a mi familia sentada en la sombra, conversando, sin idea de la cantidad de sal que había tragado, tanta que me dejó afónica. Sentadas sin saber que no podíamos salir.

El nenín nos siguió hablando y nosotros seguimos luchando, nadando, todo en vano. Después decidimos que solo había una forma de llegar a la arena, y era arrastrado por las olas. Revolcado. Así de simple. Vinieron varias olas que atravesamos mientras decidíamos qué hacer. El chamaquito se había alejado un poco. Un par de metros arriba, en la cresta de una ola, nos gritó: “¿Todavía quieren salir? Si quieren salir ésta es.” Traté de tomarla nadando, pero otra vez prácticamente me desnudó y terminé de vestirme en la espuma del final, despeinada como nunca y con la cara llena de arena, pero desembarazada de convenciones sociales y feliz como nunca de estar viva y afuera.

Afuera nadie había notado nada. Ni los del fútbol playa, ni los del volleyball, ni las chicks que van a la playa como para ir a un desfile de moda. Salimos casi todos del mar como entran las tortugas al nacer, con esa complicidad de hermanos recién nacidos, a punto de separarnos y sin conocernos, pero sabiendo que por lo menos esta vez, sobrevivimos.

Forma curiosa de cerrar el duelo por mi boogie. Voy a comprar uno nuevo para semana santa.

Al mar, chamaco gordillo, dientón y caprichoso, a veces es conveniente ponerle atención. No se vaya a ver uno atrapado en una de sus crisis de soledad.

P.S: Esta entrada la escribí ayer en la tarde, no hoy. De paso, I'm home.

Muy Tarde

Como lo preví desde un principio, el bendito StatCounter lo que me trajo fue cosas que no quería saber y se llevó otras tantas que no quería perder.

Y sí lo preví. Y así lo dije. No lo pensaba poner, por todas esas cosas que era feliz no sabiendo. Es por eso que a partir de ahora lo voy a retirar oficialmente. No más controlar el tránsito de mi blog. Esta vez ni siquiera tenés que revisar mi código fuente para revisar si existe o no.

Al final cedí a la tentación por lo curioso de la herramienta, pero nah. No más. Adieu.

Hartazgo

Antes de la entrada menciono que esto lo escribí en un profundo estado de rabia, por lo lo que ni siquiera me voy a detener a leer lo que dice o hacerme responsabe de lo que diga. Luego les contaré por qué estuve cerca de que la entrada pasada fuera la última que escribiera.

Iluminación. La gente. Los bichos más curiosos que me he topado, después del Pez Babel, claro está…

La gente tiende a esperar cosas de la otra gente. Espera que las otras personas sean corteses, que no sean altaneras, esperan lo de aquí, lo de allá, y lo de más para allá, pero rara vez se cuenta como gente que también debería dar, gente de la que se espera lo mismo.

Error. Nadie debería esperar nada de nada, porque al final, nadie le debe nada a nadie y todo el mundo puede traicionar a todo el mundo. Me estoy haciendo un nudo, ya sé, pero en algún momento saldré. Mi punto es que cada quien vive por sí mismo, y si decide encadenarse en deuda a alguien más, pues es su propia decisión, es nada más por “pura vida” que es. Mucho altruismo. Porque en realidad: nada. Es una ilusión. Si bien no podemos vivir los unos sin los otros y por lo tanto es preferible mantener relaciones cordiales con los semejantes, todo esto de corresponder es un mito que nos divierte. Al gorro todo.

Me volví a perder. Nada más un comentario que viene al asunto. Si alguien piensa hacer algo por alguien, que dé por perdida la intención. O sea, cualquier cosa que se quiera hacer, debería estar consciente de que básicamente la hace por nobleza, o sea, que en ningún caso debería esperar que lo correspondan… Porque, una vez más, en buena teoría nadie le debe nada a nadie. Si les corresponden, me mandan la invitación a la fiesta, pero si no los correspondieran, nadie se corta las venas. Enhorabuena.

La gente está perfectamente convencida de que tiene que ser comprendida y adorada por el resto de la gente como si de verdad fuera tan maravillosa y deliciosa como se ve en el espejo. Yo, lamentablemente, soy uno de esos animalejos súper pasivos que siempre termina poniendo abajo y siendo quien comprende y no quien es comprendido. Siempre, en aras de la diplomacia, soy yo quien se disculpa, creo que me lo justifico internamente como una demostración no de debilidad sino de superioridad mental, ya que soy la que pudo discernir entre las ventajas de un pleito sin sentido y la paz. Claro, si no lo racionalizara así, me vería a mí misma como la más arrastrada de las arrastradas y la más maricona de las mariconas. Pero no. Estoy convencida de que más bien soy lo suficientemente grandecita como para ver que no tiene sentido. Porque, aclaro, no me salgo de los pleitos en los que de verdad debería estar.

Y ahora que hablo de las cosas que no tienen sentido. La gente sabe cómo puede ser con cada persona. Por ejemplo, ya he dicho varias veces que nos encanta hacernos la víctima. No sé, sería tan solo comparable con levantarse a comer helados Häagen Dasz a las 3 de la mañana frente al mar con buena compañía… En fin, este asunto de jugar al pobrecito es simplemente orgásmico. Posiblemente la forma más esparcida de buscar placer. Desde el niñito hasta el ancianito. Pero sabemos con quién hacerlo y con quién no. Somos bichitos mañosos, y sabemos que ese es un comportamiento que generalmente molesta a los demás miembros de la manada… Pero cuando la hacemos, ¡la hacemos!

Mea culpa también, no voy a negar que he caído en la sucia y vil tentación. Justamente hoy estaba recordando una de las veces más memorables en las que jugué de víctima. Y esto me lleva a otra cosa. Dejamos que otras personas jueguen de víctimas con nosotros para ir cosechando posibles personas para desahogar nuestra necesidad de lágrimas y cariñito. Así que por un rato oímos y ponemos cara de que nos interesa, porque así no nos sentimos patéticos e indignos cuando hacemos lo mismo. Es una cadena de favores loquísima.

Y es que a la gente no le gusta la gente auténtica, porque eso casi siempre redunda en problemático. ¿Alguien que diga lo que piensa, que lo defienda, que sea capaz de discutir, que no vaya a rendirse así como así, que tenga su propia ideología? Oh-oh… Huelo un cochino anarquista feo verrugoso y revolucionario que va a venir a robarse la paz y a comerse a nuestros hijos por los siglos de los siglos. Amén.

Por eso la gente se conforma con encontrar a alguien que simule ser lo que buscan, porque nunca van a encontrar en la vida real la mansa ovejita masajeadora que buscan. Por eso están tan de moda la diplomacia y las relaciones internacionales. Es ponerse la máscara de agradable, o sea, de medias tintas y andar por el mundo con su teatro ambulante de buenas costumbres.

Siempre que vengo a la playa termino con el mismo problema. Mucha gente conviviendo en un espacio muy pequeño. Hartazgo crónico –en etapa aguda- de la sociedad. Y de la gente. Y de los diplomáticos. Y de las quemadas de sol, pero esa es una historia aparte.

Ya Dicho Todo

¿Qué decir de mí? Soy básicamente un hombre normal. No me gusta la cebolla, ni me gusta la palabra poetisa. Nunca me ha gustado. Me suena a pitonisa, y nunca me han gustado tampoco las togas. Me encantaría un día en el que nada más pudiera despertarme cuando ya no tuviera sueño, cuando ya pudiera decir que ya he descansado, en vez de que me despierten en la madrugada cuando todavía está oscuro, pero la libertad tiene su precio, e irónicamente a veces ese precio es una esclavitud sin remedio. Me exaspera la gente a la que le indico la mano izquierda y se revisa la derecha. Podría vivir aislado en el campo. No necesito demasiado para sobrevivir. Una cama, un techo y un gato. Soy del tipo de persona a la que le duran las alegrías por días, igual que las tristezas. Puedo ser plenamente feliz nada más sentado al borde de una carretera por la que casi no pasen carros a morder un cubo de hielo a mediodía… O que pasen, no importa. Mientras la gente se derrite, yo no entiendo por qué tienen que pasar las nubes a quitarme el sol. Tengo una cicatriz en la rodilla, dos en la barbilla, un corte en el codo, un lunar en el ojo y estoy destrozado por dentro de una forma que ni siquiera voy a comentar. De salud todo muy bien, nada importante. Sólo jaquecas por el sol de vez en cuando. No, digo destrozado porque hay demasiadas cosas que quisiera olvidar, y otras tantas que daría la vida por recordar pero que nunca pasaron. Por ejemplo, nunca vi ninguna estrella fugaz –cosa que me gustaría recordar- y tengo la certeza de que me voy a morir antes de ver una –eso lo quisiera olvidar-. Justamente hoy en la mañana estuve pensando que nunca he tenido de verdad una mascota, y siempre quise que mi perro se llamara Jota. Ya sabía cómo se iba a ver Jota. Lo veía correr, le veía el color, el pelo, el tamaño, y la veía a ella jugando con él en la casa que íbamos a tener, pero las cosas son así, ¿no? Nunca se dio. No sé adónde está ella exactamente. Sólo sé que está lo suficientemente lejos como para que yo ya no pensara en ella. Me parece que ese fue el plan desde el inicio, abandonarme pero nunca irse. Tengo pocos recuerdos de alguno de mis días que me traiga un sentimiento particularmente tibio. Nada más recuerdo un árbol de llama del bosque que estaba a la par de mi casa cuando era pequeño. Era imposible no verlo, pero las personas rara vez lo veían de verdad. Nunca logré notar la transición de las hojas a las flores. Siempre quise ir notando cómo se le quedaban las ramas llenas de botones mientras inundaba mi patio de hojas, pero cuando me daba la cuenta el piso crujía y a pesar de haberlo “visto” todos los días, nunca había notado que cambiaba. Y eso comprueba mi teoría, las personas somos como avestruces, y pasamos con la cabeza metida en la tierra sin ver lo que de verdad importa por miedo a morirnos, y nunca nos paramos a pensar si no valía la pena morir así, o si de verdad valía la pena vivir por sobrevivir. La verdad es que nunca he sido un buen ejemplo de nada. Ni siquiera lo soy ahora, que ya no tengo patio ni tengo árbol ni tengo nadie que me oiga para poder decirle todas las verdades que a estas horas sé, y que sé que casi nadie sabe. Es por eso que cuando estoy en el parque me dedico a ver a la gente pasar, y dependiendo de cómo se muevan y de cómo me vean, deduzco muy acertadamente qué tipo de persona son. Sé si son pobres, si no son lo que pretenden, a veces hasta noto en cómo caminan si vienen de un motel o de una iglesia. Si no me ignoran, procuro acercarme y hablarles, a veces creen que soy un loco y nada más agarran más fuerte la cartera y me siguen la corriente mientras piden un taxi. Prefiero pensar que lo que he sembrado en algunos es por lo menos la duda de la realidad que se oye detrás de lo que digo. Porque sé que ya no soy un jovencito, que no me veo fuerte, y que no tengo autoridad para decir nada. A veces me rodean las palomas y comen de mis manos, y a veces de verdad me siento mínimo estando junto a ellas. Para comenzar, ellas vuelan, y yo no. Yo nada más cierro los ojos para que el sol me ponga rojos los párpados, abro los brazos y por un rato me quedo ahí, nada más oyéndolas arrullar, hasta que pasa algún mocoso y las espanta. Me quedo pensando que no sabe lo que está haciendo, y para calmarme me imagino una paloma enorme que persigue una bandada de chiquillos, y que con el pico los arrastran de los brazos y de las piernas, y que de vez en cuando es clavan las uñas de las patas en la espalda hasta que quedan llorando. De verdad quedo satisfecho, a veces hasta me dan ganas de un café. ¿Sabe? Una vez sembré un árbol. Siempre me imaginé sentado debajo de la sombra de mi árbol. Y no iba a ser un árbol cualquiera. Iba a tener la corteza gruesa, con un tronco ancho. Eso sí, cerca del suelo iba a tener una bifurcación con una rama baja por la que yo le iba a ayudar a ella a subir. Cómo nos íbamos a reír cuando yo estuviera de pie en una rama alta y a ella le diera miedo que me tirara. La iba a molestar y luego, mientras estábamos sentados en una rama del medio, nos íbamos a besar como si de verdad me fuera a caer y ese fuera el último beso que me iba a dar. No se siente bien, no ser suficiente, no ser lo mejor, que siempre se pueda aspirar a algo más cuando se está con uno, ser verdaderamente pequeño e insignificante, ni siquiera merecedor de esa ínfima alegría que es que lo oigan a uno y no sentirse solo, no ser lo suficientemente importante como para que hubiera admitido viéndome a los ojos que no era suficiente. Irse dejándome como se va a perder un perro. Nos íbamos a encontrar justamente ahí, con las palomas. Nunca llegó. Y a partir de ese momento me sentí pequeño, más pequeño que un árbol, que un perro y que un gato. Comparable solamente con las palomas, salvo porque yo no vuelo y ellas sí. Básicamente ese soy yo, porque creo que importa poco lo que fui antes de esto. Ya dicho todo, ¿tengo el trabajo?

Cuchurrumines

Mis adorados cuchurrumines y cuchurruminas, les aviso que me voy a la playa por 8 días, ya que, como es de conocimiento popular, en el mar la vida es más sabrosa... Procuraré publicar algo en el ínterin, pero no garantizo nada.

Se despide,

La muy soon to be nigga.

Lejos

Decisión tomada. Cada persona tiene su propia carga de masoquismo. No sé por qué, pero me parece una maravilla poder llorar en silencio. Ojalá un momento en que todo pasara menos el momento.

Mirá, si vos no me entendés, ¿cómo esperás que me entienda yo misma? ¿Creés que es simple, el vecindario de mi cabeza? Ahí no entran ni las ambulancias, aunque eso es bueno... Tantas sirenas, no más sirenas. Mi nivel de ruido es considerado silencio, y cualquier aleteo ensordece.

Masoquismo, masoquismo, hmmm... Mazorca, mosquito, mosquetero, masomenos... ¿Qué es masoquismo? Abrazarlo a él -quienquiera que sea- y estar pensando en vos encima de otro hombro. Eso es masoquismo, del único y el original. Pero qué maravilla poder llorar en silencio.

Melt With You

Videíto, canción muy de los 80... Vídeo psicodélico... Modern English, la versión de 1990 de "Melt With You"... Curioso, curioso.

Cerebro de Ave

Supongo que cada vez me he ido especializando más y más en regalarle la trascendencia a lo intrascendente, a esas cosas que muy seguramente no tendrán sentido más que para mí.

Los pájaros. (Me siento como Seinfeld: "What's the thing with birds?")

Como sea, los pájaros. Abundan en mi casa, son familiares, conocidos. Todas las mañanas llegaba un yigüirro sin cola a la mesa, a recoger las migajitas del desayuno. Ya no llega. Además está mi pareja de tórtolas agoreras, que se manejan para aparecer en mis momentos de tristeza más profunda, como vigilando que no me mate. Está el carpintero que siempre llega al árbol muerto. El bobo que siempre llega al poyo. Cada uno es diferente.

(Sí, exacto, entrada felizmente intrascendente sobre los instintos de supervivencia de los pájaros, sin intenciones moralizantes pero con tintes de fábula al describir cada una de las actitudes y establecer como obvia la correcta para todas las especies si quieren sobrevivir.)

Los yigüirros son el ave nacional. Siempre me había preguntado por qué, y en mis ratos de observación del arte de las pequeñas cosas he encontrado que retratan muy fielmente la actitud de los ticos ante las cosas. Estuve sentada viendo el cafetal. En medio de una hojas de vástago, cayó un racimo de banano maduro. Cinco yigüirros estaban a unos 40 centímetros del racimo. Se iban acercando al banano ya abierto, y cuando dos estaban suficientemente cerca, lo que hacían era prácticamente matarse a picotazos y ninguno comía. Siempre vigilan que no venga otro yigüirro a comerse "su" comida, y mientras están en la espera de que no vengan, llega cualquier otro pájaro y se come la comida que esperaron como por cinco minutos... Y no hacen nada para impedirlo. Claro, existen los rebeldes revolucionarios, como en todo, los yigüirros fuertes que se le oponen a cualquiera... Pero son los menos, como en todas las especies.

Los zanates, bichos horribles, malos, detestables. Pero posiblemente lo digo nada más por envidia, porque tienen un sistema jerárquico claro, que funciona a la hora de comer, de atacar. Tienen clara la cohesión de grupo y rara vez se atacan los unos a los otros. Incluso físicamente desarrollaron la capacidad de caminar rápido, moviendo una pata a la vez, no caminando en brinquitos, como los demás. Se acercan y logran imponer respeto, atacan sólo cuando es de verdad necesario. Cuando la gente los asusta, se van nada más a una distancia prudencial adonde no los pueda alcanzar nada, pero se mantienen siempre relativamente cerca del objetivo. Listos, los malditos.

Las palomas. Ay, las palomas. No ruedan porque el pico no las deja, pero son una de las especies de pájaros más torpes y tontas. Pero se reproducen como si no hubiera mañana, y han tenido un gran éxito como especie. ¿Por qué? Casi ni pueden aterrizar, ni siquiera saben adónde es mejor hacerlo. ¿Pero cuál es la táctica? Encuentran la comida. Llega una. Llega otra. Otra. Otra. Comienzan a comer. Otra está cerca y vigila. Se va cerrando el grupo alrededor de la comida. Una vigila lejos. Van cambiando los puestos, pero siempre manteniendo un grupo cerrado. Son TAN tontas que luego no caben, y aterrizan unas encima de las otras, se majan las alas, se caen. Pero viven. Grandes, feas y singracia... Pero ahí están. Sobreviven felizmente. Duermen, comen, se reproducen y otra vez todo de nuevo.

Vida de pájaro, cerebro de pájaro, actitud de pájaro. Tan, tan parecidos a la vida humana, al cerebro humano, a la actitud de humano.

El Pecado Capital de la Inconsistencia

No sé para qué me sulfuro. Cada vez que veo esas fotos me siento igual de traicionada, igual de "tomada por menos"... Es cierto, ha pasado demasiado tiempo y posiblemente debería dejar que las cosas nada más se enfriaran, pero hay personas de las que uno nada más no se esperaría ciertas actitudes.

Sigo insistiendo, el peor de los pecados es la inconsistencia.

Si digo que te odio, no te voy a dar un beso.
Si digo que te adoro, no te voy a clavar un puñal.
Si digo que no te tolero, no me voy a acercar a vos.
Si digo que sos mi amigo, no te traiciono.

...Pero es tan hip, está tan in cambiar de cara con la moda... Ya no sé quiés es quién, quién es nadie, y a veces me queda la duda de quién soy yo.

Qué ganas tan tremendas de hacer unos brownies...

Como sea, al grano: Asco. Veo las fotos y se me revuelve el estómago por pensar lo que significaron en su momento, y por saber que todavía a veces las veo y no fallan en provocarme una risa de vez en cuando.

Pero hablando de gente, y con la gente inconsistencia, y con la inconsistencia ideología, vengo a mi visita de hoy. El invitado de honor al show de Carla el día de hoy... Y el invitado es: *redoble* ¡Una señora que no tengo ni la más mínima idea de quién es pero que supongo que tiene alguna conexión lógica con la familia además de que me va a robar la colección de monedas que con todo derecho era mía! ¡Ah, y que de paso, como vivió en Estados Unidos, cree que América no baja de "Rio Grandei", y que Costa Rica es el sótano del infierno y que andamos todavía con taparrabo! ¡Simpática la señora, que de paso es de una religión que no puedo determinar más allá de lo que me chocó por inconsistente!

Volviendo a la señora.

Premisa 1: La humanidad da asco.
Premisa 2: Somos humanos.
.·. Damos asco. Q.E.D.

¿Pero sabe por qué yo doy menos asco que usted? Porque al verla no me imagino cómo se va a ir a quemar la enagua en el infierno sólo porque piensa diferente a mí. Y porque, puede que crea poco, pero vivo de acuerdo con lo que creo.

¿Para qué se llena la boca con palabras que nada más no le caben, con palabras que le quedan grandes? ¿Quién es usted -pinche humana asquerosa, igual que yo- para venir a hablarme -y juzgarme- como si Dios fuera nada más su sobrino?

No, no... Y todo por unas fotos. No me voy a sulfurar, la verdad... Voy a despejarme, voy a dormir tranquilamente, a soñar algo lindo -hopefully con vos- y a despertar mañana como si no me brincara el hígado de un lado a otro...

Tengo que llamar a Ingrid, que desde hace tiempo no hablamos... Tengo que llamar a Arabela... Tengo que, hmmm... Idea macabra...

Sí, mejor me voy yendo, tengo algo importante que tramar...

Boo-Hoo

Qué peligrosa es la esperanza... Por un momento parecía que todo iba a estar perfecto forevermore...

Con cero esperanza la gente se muere... Mucha esperanza, y la gente se suicida. No hay por dónde ganar... Porque en la mayoría de los casos la esperanza lleva directamente a la desesperanza...

Como sea, ayer fue un buen día, gracias. Sólo una canción se me viene a la mente.



Inmensas tempestades, tu mano y la mía.
Tienes algo... no sé que es.
Hay tanto de melódico en tu fantasía...
y un toque de misterio, mi límite.
Conservo algún recuerdo que no debería,
no sé qué puedo hacer
A todos no ocurre la monotonía,
nos gana la batalla alguna vez.

Por eso, vida mía, por el día a día,
por enseñarme a ver el cielo más azul,
por ser mi compañera y darme tu energía;
no cabe en una vida mi gratitud.
Por aguantar mis malos ratos y manías,
por conservar secretos en ningún baúl,
quiero ser por una vez
capaz de ganar y de perder.

Perdona si me ves perder la compostura.
En serio te agradezco que hayas sido mía.
Si ves que mi canción acaso no resulta,
avísame y recojo la melancolía....

Te dejaré una ilusión,
envuelta en una promesa de eterna pasión,
una esperanza pintada en un mar de cartón;
un mundo nuevo que sigue donde un día lo pusiste.
Tú eres esa mujer
por quien me siento ese hombre capaz de querer,
viviendo cada segundo la primera vez,
sabiendo que me quisiste
y todo aquello que me diste.

Conserva mi recuerdo de piratería.
Derrama los secretos, abre aquel baúl.
Sigamos siendo cómplices en compañía
de aquello que me diste bajo el cielo azul.
Por aguantar mis malos ratos y manías,
por conservar secretos que me guardas tú..
Quiero ser por una vez,
capaz de ganar y de perder.

Perdón si alguna vez guardé la compostura,
No sabes lo que ha sido que hayas sido mía.
Comprendo que agotaste toda tu dulzura,
pero no me pidas, niña,
la melancolía...

Te dejaré una ilusión
envuelta en una promesa de eterna pasión;
una esperanza pintada en un mar de cartón;
un mundo nuevo que sigue donde un día lo pusiste.
Tú eres esa mujer
por quien me siento ese hombre capaz de querer,
vivo cada segundo la primera vez,
sabiendo que me quisiste
y todo aquello que me diste.

Random y Un Sueño

Cinco... Cuatro... Tres... Dos... Uno... Qué mala primera impresión te irás a llevar de mí.

La gente se siente grandota y madura cuando habla de sexo... De hecho creen que están hablando de algo más profundo tanto intelectual como espiritualmente. Ascienden en la cadena evolutiva sólo porque superan al chango que todavía está en su etapa masturbatoria y que no se atreve a mencionarlo. Homo Sapiens Sapiens Sexus.. Y al demonio la banalización, claro está. Arriba el hedonismo.

Epíteto, esa era la palabra que andaba buscando.

Cómicas, hilarantes, graciosísimas las memorias asociadas a los objetos. Objetos comunes y corrientes. Memorias asignadas, casi al azar, de eventos que no tendrían nada que ver con el uso "normal" del objeto. Es como lo que siento cada vez que me pongo mi bufanda, o lo que me recorre la espalda cuando cierro las cortinas, o sencillamente lo que viene a significar un botón caído o la ropa rasgada. Condicionamiento clásico, la mente casi en estado de dejà vu, tan alerta que el más pequeño estímulo queda marcado como queda marcado el ganado.

Mi sueño... Sueño con serpientes, y no necesariamente la canción. La verdad es que últimamente he soñado muchísimo con serpientes (oojo, no con "culebras". Dije "serpientes".)



Era una especie de convivencia en el seráfico, una probadita de aquellos tiempos del colegio. Para ser más exactos, no era una convivencia. Era más una gira de campo, en la que habíamos tenido que recorrer algunos tramos de selva de lo más amazónico que se pueda imaginar. Hipérbole tremenda de Amazonas, tragándose todo lo que pone un pie adentro, intimidante.

Llegamos a una especie de poza en un río (que no era el Amazonas) adonde nos dejaron para nadar un rato ya que de todas formas teníamos que cruzarlo. El agua era de un color café... Como café con leche, digamos. Era espesa y tenía algas que se le pegaban a uno en los brazos cuando iba a nadar. Yo comencé a nadar, y llegando casi a la mitad de la poza -que estaba completamente estancada- vi que por todo lado había serpientes -no culebras, serpientes- de todos colores, gruesos, formas, tamaños. Y nadaban. No parecían acuáticas pero nadaban con una facilidad mortal -literalmente-. Nadie parecía notarlas, y me petrifiqué en mitad de la poza, además viendo las salamandras, iguanas y demás alimañas que también estaban ahí.

De pronto fue como si todo palpitara y todo este bosque exacerbado comenzara a crecer con cada palpitación, ciempiés, lombrices, hormigas, termitas, todo comenzaba a salir de la tierra y caminaba en las orillas o caía al agua. Nada más no me movía, el agua me llegaba a los labios y cuando abría la boca para respirar un poco me se me llenaba del sabor a herrumbre.

Un compañero llegó y me dijo "Carlita, usted sabe que estando conmigo no me le pasa nada". Asumo que viniendo de él ya debía haber previsto mi muerte, y creo que de hecho en el sueño sí lo sentí así. Me iba llevando a la orilla, y en un momento sentí un dolor en el pie. Me había mordido una de las serpientes entre los dedos del pie. Tenía dos puntitos de sangre.

Fui adonde Johnny a decirle lo que me había pasado, y qué podía hacer. Me dijo que todas eran culebras, que en esa zona no había serpientes, y que en todo caso lo que se podía hacer era esperar.

Y como nadie sabe lo que se siente morirse, la herida no me causó mayor molestia, nada más de un momento a otro sabía que estaba muerta, y que por no sé qué cosas que había hecho en vida -de verdad no sé- estaba condenada a vagar.

Mi estado era curioso. Para toda la eternidad, lo que me había quedado para vestir era el uniforme del colegio. Y cierta gente me podía ver, sólo aquellos a los que yo me quisiera mostrar. Podía atravesar cosas, no sé... Era como estar vivo pero con ciertas limitaciones, no recuerdo cuáles. Creo que sólo podía hacerme visible a la gente que no me importara. No podía aparecer frente a las personas que quisiera, o conociera. Y claro, a eso hay que sumarle el hecho de que pensaran que estaba completamente loca.

Me aparecí un par de veces, una vez en una iglesia, en la que una mujer comenzó a preguntarme que de dónde había aparecido, que cómo podía hacer lo que hacía, y aprovechando mi estado, con toda la solemnidad y al mejor estilo de las películas la vi con la mirada profunda, me le acerqué al oído y le dije "Lo puedo hacer porque estoy muerta"... Y lo dije de tal manera que sintiera el aliento en la oreja. Casi la mato, claro está.

Estar muerta tenía sus pros... Porque podía seguir yendo a la universidad, pero como estaba muerta (yay) podía llevar todos los cursos del mundo, y solamente lo que quisiera, porque tenía toda la eternidad para aprender lo que fuera, y como todo muerto, ni comía no tenía obligaciones sociales ni tenía que mantenerme, así que estaba preparada para ir a mis cursos de latín, de mitología, de literatura... Porque además me podía saltar todos estos dolores de la "ematrícula", jaja...

Si no me equivoco, dentro de los otros problemas que tenía estar muerto era que no sentía nada, que una vez intenté entrar a una piscina y no sentía el agua.

En un momento soñé que me encontraba con Alvaro y que le hablaba, y que le iba a demostrar que estaba muerta, porque, pues, muy a su manera, no me lo creía. Y bueno, voilà, eso fue todo lo que se necesitó. No sé cómo, no sé por qué, pero me iba a poner frente a un carro para demostrarle que me atravesaba. Me puse al sol y lo sentí, el calor, y cuando llegó el carro comenzó a pitar para que me moviera...

Y heme aquí, viva y coleando... Alegre, después de todo, de poder sentir este frío... Pero dolida porque sí tengo que mantenerme tarde o temprano, por lo que no puedo dedicarme nada más a la buena vida de los cursos de letras...

El sueño podrá no verse cautivante una vez escrito, pero estar ahí adentro fue de verdad interesante.

I Guess That's Why They Call It The Blues

Hay dos canciones que he tenido pegadas desde hace días. La primera es "I'm Yours", de Jason Mraz, y la pueden encontrar aquí.

La segunda es "I Guess That's Why They Call It The Blues", de Elton John. Les dejo el vídeo y las letras. (Cómo odio escribir "vídeo" y no "video"...)



Don't wish it away,
Don't look at it like it's forever.
Between you and me, I could honestly say
That things can only get better.

And while I'm away,
Dust out the demons inside,
And it won't be long before you and me run
To the place in our hearts where we hide.

And I guess that's why they call it the blues...
Time on my hands could be time spent with you
Laughing like children, living like lovers,
Rolling like thunder under the covers...
And I guess that's why they call it the blues.

Just stare into space;
Picture my face in your hands.
Live for each second without hesitation,
And never forget I'm your man

Wait on me girl,
Cry in the night if it helps,
But more than ever I simply love you,
More than I love life itself.

Sólo Lo Sé


A Julio Cortázar

le hubieran encantado

los iPods.

Yo No Olvido El Año Viejo


Pues los años nuevos tienen esa mala tendencia a venir con la promesa de enmendar los errores de su ya difunto y enterrado padre… A la hora de las horas los genes anuales casi siempre son los mismos, ya que en general la gente no cambia.

Como sea, sean cordialmente bienvenidos a mi recuento de los daños 2007. Voy a ir revisando mi agenda y pasando lo que considere más importante para mí.

Enero: Hace un año todavía no sabía que Mario se iba a ir a Argentina. Posiblemente piensen que hago demasiada bulla con el asunto, pero si pensaran dos veces qué habrían hecho ustedes, posiblemente resultarían parecido o peor. El 2 de enero, me di cuenta. Luego de eso vino un tiempo de maldades medio extraño. El 3 de enero estaba bastante triste, fui al teatro nacional y de compras. 11 de enero: Prematrícula de la UCR. 12 de enero: Playa. 27 de enero: examen de diagnóstico de mate. Y bueno, hay que mencionarlo: Para cerrar el mes con broche de oro, el 31 de enero fue la primera vez que me monté en una periférica.

Febrero: El 5 de febrero fue el primer día que pasé en la U, y fue la primera vez (de muchas que vendrían) de comer pizza en la calle. El 10 de febrero fuimos a ver “La Tertulia de los espantos”, en el teatro municipal de Alajuela. 12 de febrero: Matrícula en la U. Una de las primeras veces que me comporté como ser social. Ahh, el 14 de febrero: Jürgens. Qué increíble, me pongo a pensar en esas cosas y por poco lloro… Lloraría si no fuera porque ya me hice callo metafísico y nada me duele. Ocho días después de la cena en Jürgens, llámese, el 21 de febrero, Mario se fue a Argentina. El 22 merecería ser borrado de la agenda, o mejor dicho ser denominado el día internacional de la infamia. Que cada cosa mala tenga su celebración ese día.

Marzo: El 3 de marzo fui a ver “Duda” Al Dionisio. El 4 de marzo sembramos a Nora. El 5 entramos a la U, y ahí mismo conocí a Cosito y a Oscar, que muchachos, sinceramente, sin ustedes el año no habría sido lo mismo. El 7 fue mi primer día de teatro, y pude volver a actuar. Desde entonces me quedó el bicho que ya tenía, pero que se reforzó, de seguir actuando. Nope, no soy sobresaliente, ni siquiera muy buena… Ni siquiera promedio. Amateur apestosa como la mayoría, pero no lo hago por el Oscar… Lo hago porque me gusta. Ah, y éste fue un día importante. El 10 de marzo por fin me pusieron cable módem. El 13 compramos el Rexton. El 15 de marzo compramos las entradas para el concierto de Arjona, que las tuve que andar cazando por todo San José, y todo por no ser de “Mundo Ticket” sino de “Special Ticket”… Demasiados “Ticket para mi gusto”. El viernes 30 de marzo murió Lucas, mi primer iPod. Y bueno, revivió luego, pero en ese momento no lo esperaba…

Abril: Semana Santa. Fue un muy buen viaje a la playa. Lo único que no rescato del viajecito es que ya para abril estaba bien gorda, jeje… El sábado 7 fue mi primera reunión oficial con los de teatro. Miércoles 18 de abril: Mi primer examen universitario, de intro. El 24 de abril fui al cole con Oscar para las encuestas.

Mayo: El miércoles 2 de mayo nos aprobaron los primeros estudios dramáticos de teatro. El 11 de mayo por primera vez corrí la milla sin morirme en el intento. 12 de mayo: CONCIERTO DE RICARDO ARJONA EN PEDREGAL. El 19 de mayo fuimos a ver “Esperando a Godot”. El miércoles 30 era el último día de aprobación de estudios, y decidimos llamarlo el “F.I.S”, o sea, festival internacional del suicidio.

Junio: Por lo visto no fue un mes demasiado activo, aunque ya había comenzado la centrífuga. El 10 de junio bautizamos la obra: “La cruz en los pechos y el diablo en los hechos”. Si no me equivoco, el 12 de junio fue el primer día que fuimos Dream Team. El 20 de junio eliminaron “Trabajo de Oficina” de los estudios aprobados. Wow, recuerdo este día: El 26 dejé mi billetera en la casa. Fue un maaal día. El 29 nos dieron el anuario. El 30 por fin presentamos la obra a teatro lleno.

Julio: El 2 me avisaron que estaba eximida en historia del arte. El 4, que me había sacado un 10 en teatro. Ah, y el 9 de julio por primera vez en 80 años, estaba nevando en Bs As. El 14 de julio me fui a Osa. Fue de verdad liberador. El 18 me compraron mis lentes de sol. El 22 me fui a la playa, y regresé a San José el 31.

Agosto: El 3 fuimos a ver a la Media Docena. Domingo 12: Mi fiesta de cumpleaños. 13: Entrar a clases, mi cumple, el extraño almuerzo. 15: Día rarísimo, ir al cole con Arabela. 22 de agosto: Retiré mi cédula. 23 de agosto: La primera vez que tomé.

Setiembre: Asumo que el sábado primero de setiembre fue un día movido para algunos. Como sea, el 4 de setiembre, no sé qué decir sobre el 4. Tengo sentimientos encontrados. Pues sí, setiembre fue un mes promedio, sin demasiada gracia.

Octubre: El 5 perdí mis lentes. El 9 me dejaron plantadísima. El 20 ordené mi oficina, que sigue ordenada, es un gran logro. El 28 hicimos el árbol de navidad.

Noviembre: Domingo 4, uno de mis “roadtrips” reveladores en los que de tanto pensar en todo un día me voy a hacer loca… El 6 doné sangre. El 12 expusimos nuestra tesina de los tiburones. El miércoles 21 de noviembre… Bueno, no importa, es que me sonrojo cuando lo escribo.

Diciembre: El 5 de diciembre, Luis cumplió 4 años de haberse muerto. El 15 volvió Mario. El 17 “nos condené” otra vez. El 24 no fue tan “especial” como esperaba que fuera, no me gustó tanto la fiesta. El 26 me fui a la playa, el 28 regresé. Y bueno, ayer la fiesta estuvo increíble. La gozamos como pocas veces. Me gustó que tuve un gesto que me pareció bastante desprendido. Estuve como buena anfitriona, y aunque el carnaval no lo organicé yo como quería, la fiesta igual estuvo increíble.

Ese fue mi desglose en meses de la entrada que puede resultar la más tediosa para todos aquellos que no sean… yo.

Paso a los ámbitos del año.
Familiar: Aceptable. Pendiente mejorar ciertos aspectos este año.
Académico: Catastrófico. Sin comentarios al respecto.
Social: Perdí miles de “amigos” y me quedé con muy pocos pero de verdad. Creo que tengo 7 amigos que de verdad quiero. Y ya. Logré ser más sociable.
Amoroso: Di el paso más importante que pude haber dado, y aunque lo di muy tarde, ya logré superar que soy feliz solita. Tuve una temporada medio loca, pero ya pasó.
Humanitario: Bueno, me hice donadora de sangre. Y con eso me refiero a que planeo donar regularmente. Espero poder cumplir los planes de solidaridad (que siempre me habían faltado) para este año.
Económico: Definitivamente un año de vacas gordas.
Espiritual: No he estado muy en paz conmigo misma, porque me desagradan muchas de las decisiones que tomé a lo largo del año. Eso sí, mi ánimo se ha mantenido básicamente estable en “quite happy”.

Aquí pensaba poner que no me arrepiento de nada, pero lo borré. Creo que sí hay ciertas cosas de las que me arrepiento aunque sea levemente, cosas que habría hecho diferente si hubiera tenido que hacerlas ahora, pero de eso se trata madurar y crecer, así que a lo que me refiero con no arrepentirme es a que no voy a cargar con ese arrepentimiento, con el remordimiento de lo que ya no puedo arreglar, sino que pienso seguir adelante.

Y bueno, “ Yo no olvido el año viejo, porque me ha dejado cosas muy buenas…” La Carla del 2006 y la del 2008 son personas completamente distintas. Léase: “¡Gracias, 2007!"

¡Feliz Año Nuevo!

Pues bueno, para comenzar el año con el pie DERECHO...