Ciclos

¿Qué puedo decir? Escribo con las uñas llenas de tierra por debajo, de sangre por encima. Me siento a escribir luciendo mi mejor risa sardónica, la de lujo, la que no es demasiado común en mí, aunque se pudiera pensar lo contrario, y veo el monitor como si fuera mi enemigo a muerte mientras escribo.

Creo que comencé a escribir para llevarle la contraria al tedio que me está llevando a mí.

...La misma casa con la fachada art decó y los lados cayéndose, el parque con los borrachos y los perros, el mismo ciclo que se repite una y otra vez. Noto que se repite en el vacío que hay mientras ha terminado y no ha vuelto a comenzar. Para cuando voy a intentar salir, ya ha vuelto a comenzar y se me ha olvidado todo.

Genial, ahora me sangra la boca y se me comienza a herrumbrar la lengua. ¿Qué sigue? Sangre en manos, pies y boca, dejando camino por donde paso para que no se pierdan los que me cazan.

Ya para este punto estoy demasiado cansada, justamente en esa nada antes de que arranquen otra vez los círculos. No es nada grave, no es nada grave... Todo esto pasa rápido, es mi limbo recurrente de amargura...

Algo me dice que pronto va a comenzar otra vez... Todo tranquilo, porque cuando comience se me va a... ¿Qué iba diciendo?

1 comentarios:

A. Amador dijo...

Que dificil escapar de la cotidianeidad que nos atrapa sin remedio. No hay más remedio que agarrarle el gusto a repetir todos los dias lo mismo