Deep Blue

Lo confieso. Me enamoré de un nuevo par de ojos. Azules. Celestes. Verdes. No sé, la verdad. No es un color común en las paletas... No hay un nombre técnico porque no es como que lo traigan los acrílicos. De hecho estoy casi segura de que ni con todas mis tizas, mis lápices o mis acuarelas podría dar con ese color. Nada más podría perderme ahí todo el día.

Y hoy los vi hasta el cansancio (por así decir, porque es imposible cansarse)... Porque sé que a partir de hoy, ya nunca más los voy a volver a ver.

De hecho es una certeza horrible, porque sé que el recuerdo se va a quedar, pero va a ser lo único. No tengo ningún nexo con el dueño, nada de nada. Palabras cruzadas de vez en cuando, pero fuera de los ojos, perfectamente indiferente.

Nada más que sepan que me van a hacer falta.

All of my life, where have you been? I wonder if I'll ever see you again...

Cláusulas

No, yo no le llamaría tedio. Es como que en la mayoría de los casos la muerte no se da porque ya no se quiera la vida. Es la simple consecuencia. En este caso es lo mismo. No es que la respuesta no sorprenda, es nada más que la pregunta ya se espera, y todo el diálogo mismo se va rigiendo por cláusulas que, pues, bien analizadas son adorables, pero que vistas de lejos son nada más los punteros detrás de cámaras.

Definitivamente no es tedio, nada más, pues... se va... apagando... no es que ya no se quiera... solamente.... se quiere, pues... distinto.

Ojalá que cuando la muerte llegue, me encuentre totalmente vivo.

Ligamentos Dañados

Hace algún tiempo me esguincé un tobillo. Pasó poco tiempo y me esguincé el otro. Ya no puedo usar tacones, o al menos me es inmensamente incómodo. Lo primero que me advirtieron fue que, aunque la inflamación disminuyera, iba a ser una lesión que cada cierto tiempo podía reactivarse, y que podía resultar incómoda, así como podía nada más dormitar por años. Eso sí, que nunca iba a sanar del todo.

Es cierto. No sanaron. Muchas veces al sentarme, al ponerme de puntillas, con determinadas posiciones, al caminar mucho, bueno, termina doliéndome.

Originalmente creí que era una exageración médica decir que por una sencilla caída de unos cuantos segundos que ni siquiera me produjo un dolor considerable iba a tener que arrastrar una herida por toda la vida.

Frecuentemente hasta olvido mis benditos tobillos. Otras veces nada más los ignoro, y por un momento pareciera que nada pasó... Y me duele (en todo sentido) admitir que estaba equivocada, que de verdad hay heridas que quedan para siempre.

...Pero ese no fue el gran mérito. Aunque está relacionado, fue el percatarme de que no son solamente los ligamentos los que no sanan nunca.

Do you remember?

Do you remember when we first met?
I sure do
It was some time
In early September.
You were lazy about it;
You made me wait around.
I was so crazy about you
I didn't mind.

So I was late for class;
I locked my bike to yours.
It wasn't hard to find;
You painted flowers on.
Guess that I was afraid
That if you rode away
You might not roll back
My direction real soon.

Well I was crazy about you then
And now the craziest thing of all
Over 10 years have gone by
And your still mine.
We're locked in time;
Lets rewind.

Do you remember
When we first moved in together?
The piano took up the living room.
You'd play me boogie woogie,
I played you love songs.
You'd say we're playing house
Now you still say we are.

We built our getaway
Up in a tree we found.
We felt so far away
Though we were still in town.
I remember watching
That old tree burn down.
I took a picture that
I don't like to look at.

Well all these times
They come and go
Alone don't seem so long
Over 10 years have gone by.
We cant rewind.
We're locked in time;
But your still mine...

Do you remember?

Nuevo Aviso

Contra todos los pronósticos, Carla se re-encontró a sí misma. Fue a la vez fácil y difícil. Pero se logró.

Llevaba mucho tiempo sin recordar mis sueños, pero hay algunos que nada más no pueden ser olvidados. Esta vez, por dicha, estoy completamente segura de que fue un sueño, aunque me siga persiguiendo cada cierto rato después de tantos días.

No fue una secuencia de acciones. Es casi una sola imagen. Sólo lo vi como desde una ventana, aunque a decir verdad, con la distancia y todo, se veía amenazante.

Era un florero alto, de vidrio, con la base más angosta que la abertura. Era más alto que yo, y de un vidrio grueso. Estaba lleno de agua, y ya las flores se habían ido hundiendo al morir. Parecía que las habían reemplazado pero sin limpiar las anteriores, por lo que el lado de adentro del florero estaba cubierto por una baba café que ponía el agua turbia con las flores y las hojas que se iban descomponiendo. Adentro del florero había serpientes que nadaban y que aparecían y desaparecían entre toda la flora muerta del agua. Eran enormes y se arrollaban entre ellas. Abrían la boca y mordían lo primero que encontraban. De pronto, una se volvió y me clavó la vista. Se irguió completamente en posición de ataque. Todas comenzaron a volverse y a sisear dentro del agua. La primera comenzó a golpear el vidrio y el florero comenzó a tambalearse. El agua se salía por los bordes y las gotas dejaban camino por el polvo que se acumulaba en las curvas del florero. En el suelo se formó un charco de agua podrida.

Como sabiendo que no habría podido soportar nada más allá, desperté.

Ni caso tiene

No tenés ni la más mínima idea de lo que hiciste, y ya ni caso tiene comentarlo. Lo que importa es que ya todo se vino abajo. Increíble. Contra todos los pronósticos, por fin Carla terminó de desmadrarse. No se esperaba tan pronto...

Hoy es siete de junio del dos mil siete. Son las seis y cuarenta y cuatro pm.

Sin razones, rencores o remordimientos abandono oficialmente este blog hasta nuevo aviso.

Se acaba aquí.

Classical Conditioning

Estábamos hablando en una terraza cuando cayó un rayo que iluminó todo y lo siguió un trueno como de 20 segundos. Ella se sobresaltó bastante, y comenzó con esta historia.

"Ay, no, es como en mi casa. Por dicha a mí ya no me dan miedo esas cosas, pero cuando yo estaba chiquitilla, apenas comenzaba a tronar, mi abuela se iba a traer palma bendita y comenzaba a echarla en el fuego. Mi abuela siempre fue una mujer muy fuerte, pero pobrecita, cuando temblaba o cuando había tormenta se ponía nerviosísima y a correr de un lado a otro. Apenas yo veía que traía la palma, yo me le acercaba y le preguntaba para qué era, y ella me decía que era para pedirle a Dios que la cosa pasara rápido. Comenzaba a gritar por toda la casa '¡Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal!', y yo me le metía entre las enaguas y me ponía a llorar.

Cuando temblaba de noche, papá nos enrollaba a todos en una cobija y nos sacaba al patio. Abuela siempre era la primera en salir. A mamá no le daban miedo esas cosas, y decía que más bien nos iban a hacer locos con eso. Una vez comenzó a temblar y todos salimos. Se pusieron a gritar hasta que todo pasó, y una vez que ya íbamos a volver a la casa, nos dimos cuenta de que Abuela no estaba. Papá estaba preocupadísimo, y nos mandó a todos a buscarla. Al salir nadie pensó que no hubiera salido, porque más bien nos íbamos detrás de ella, que salía como trompada de loco para que no le cayera la casa encima. El caso es que no aparecía y no aparecía, hasta que nos la encontramos tirada en un zaguán.

Se había ido de primera pero se había tropezado con una tabla y se había caído. Cuando todos salimos, no nos dimos cuenta de que estaba ahí por el barullo que se armaba. Dice que ella nos llamaba y nos llamaba para que la ayudáramos pero que nadie la oía. Parece que hasta le pasamos todos por una pierna, y ella tan activa después se tuvo que quedar como ocho días con la pierna tiesa tiesa en una silla y sin poder hacer nada.

Nos decía mamá '¿ve? por andar con esas loqueras, les pasa.'

Y no crea, la verdad que sí eran loqueras, porque un día me mandaron a quedarme a dormir a la casa de madrina. Era una casa con un segundo piso, pero de esos segundos pisos de antes, que eran las gradas altísimas que llegaban a un descanso y luego llegaban por allá a lo alto. A mí siempre me dio horror ese alto, y en la casa de ella todos los días rezaban el trisagio ahí. A mí nunca me ha gustado rezar, y yo me quedaba ahí sentada, viendo para todo lado, hasta que mi madrina, que era un señora muy gorda y muy expresiva comenzó a darse por el pecho y a gritar '¡Santo Dios!'...

Ni para qué lo hizo... Yo siempre bajaba las gradas sentada, del miedo que me daba, pero ese día tuvieron que irme a agarrar ya por el comedor, donde yo bajé las gradas creyendo que era un temblor. Yo no paraba de llorar, estaba en un puro temblor. Bajó mi madrina, y todos los que estaban rezando, a ver qué me había pasado, que me había ido así. Yo les decía que es que yo creía que estaba temblando, y mi madrina trataba de explicarme que ahí cuando rezaban decían 'Santo Dios', y otra vez comenzaba a darse por el pecho para explicarme, y entre más lo hacía, más lloraba yo porque creía que ya estaba temblando.

No sé ni cómo, pero lograron llevarme arriba, y yo todavía lloraba. Al rato, quién sabe por qué, llegó papá. Qué vergüenza para madrina que llegara y que me encontrara llorando. Yo nada más le decía que era que iba temblar, y al final lloré tanto que terminé durmiendo en mi casa."

Cambiando de tema:

Éxito, llegué viva. Por un momento todo se puso oscuro y horrible, pero heme aquí contando el cuento... Ya pueden disponer del sábado, ya no tienen que ir a mi entierro.

De verdad, qué horrible, me estaba congelando, y me sentía súper débil, como que en cualquier momento me iba a caer... Me mareaba, y me dolía la cabeza...

En fin, gracias a todos aquellos que se preocuparon por mi deplorable condición, jeje...

Para Un Final

Cuentan que cuando un silencio
aparecía entre dos
era que pasaba un ángel
que les robaba la voz.
Y hubo tal silencio el día
que nos tocaba olvidar
que de tal suerte yo todavía
no terminé de callar.

Todo empezó en la sorpresa,
en un encuentro casual
pero la noche es traviesa
cuando se teje el azar.
Sin querer se hace una ofrenda
que pacta con el dolor,
o pasa un ángel,
se hace leyenda
y se convierte en amor.

Ahora comprendo
cuál era el ngel
que entre nosostos pasó.
Era el más terrible, el implacable
el más feroz.
Ahora comprendo en total
este silencio mortal.
Ángel que pasa,
besa y te abraza.
Ángel para un
final

Los Mismos

La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.


Claro que no nos podemos concebir viejos, porque nunca hemos sido de otra forma que no sea jóvenes. Ni siquiera notamos que crecíamos. Todos los días en teoría somos los mismos.

La piel se ve fresca, corremos y brincamos y nos asoleamos y todo es nada. Casi nunca nos enfermamos.

Hoy vi a una mujer con las piernas hechas una sola vena entre verde y morada, y con cierto miedo y cierta repulsión tuve que ver hacia otro lado, hasta que caí en cuenta de que más pronto de lo que me lo imagino, esa podría ser yo.

En teatro, mientras presentaban los estudios, y se preparaba todo, sencillamente me eché en ls tablas y me quedé quieta, y vi cómo todos se movían de un lado a otro. Díganme loca y lúgubre, pero por un momento me imaginé cómo serían las cosas con todos muertos. Y no me tomen a mal, no es que me imaginé el montón de gente masacrada en el piso. Sencillamente pensé que va a llegar el momento en el que muchos seamos invitados a muchos entierros, y que todos vamos a pasar de moda tarde o temprano... A colgar los tennis... A cambiar de potrero... A ir al otro charco... A ver el zacate por las raíces... A conocer a la calaca... A tocar arpa... A volar espalda... A descansar en paz... A palmarla... A visitar a la huesuda....

Porque morir no es como dormir, porque no hay despertar posible. Viéndolo desde un punto biológico, es sencillamente dejar de existir. No más sinapsis. No más dendritas en acción. Todo se apaga. No es como que vayamos a pensar en lo aburrido que es estar muerto. No es como que vayamos a vagar. Sencillamente todo acaba. Nada. Nones.

Nada más no podemos concebir no concebir.

Muchas veces dije que no, que no me daba miedo la muerte, que la verdad lo que sí me atormentaba era la muerte de aquellos cercanos a mí. Y sí me atormenta, pero la gente se repone de los duelos. Lo que no he visto es a alguien que se reponga de haber muerto. Me estoy confesando a mí misma el pánico irremediable que me da la muerte, pero peor que eso, el miedo horrible que me da no haber vivido antes de que llegue.

Teléfono de Dedo

Forgive me, father, for I have sinned...

Mal, mal, mal. ¿Por qué? No sé.

¿Opción? Nah.

Buen día. Entretenido. Variado.

Mañana. Frank, Marín, Dylana, Ricardo, Luis, Vivian, Jesús, Adrián, Mariano, Esteban, Laura, Roberto...

Almuerzo. Daniel, Oscar, David, Amy....

Ensayo de teatro. Gabriel, Oscar, Oscar, Daniela, Alejandra, Arturo...

Tiempo al tiempo, como siempre, ¿no?

P.S: Así vamos.

Plumas


Ya todo se veía en penumbra, sólo las nubes se veían todavía más claras.

Creí que los pájaros no volaban una vez que se había puesto tan oscuro. Iban volando todos en una nube compacta, tan compacta que al chocar ninguno quedó vivo.

Sólo cayeron las plumas de las alas, de la cola, y las más pequeñas flotaron por un momento, pero cayeron igual que el resto.

Luego oscureció definitivamente.

Estereogramas

Hace un tiempo se pusieron de moda aquellas imágenes tridimensionales que venían en los periódicos y en todo lado. Si uno las veía normalmente, sólo veía garabatos y cosas rarísimas, pero si desenfocaba la vista, veía la imagen que estaba atrás.

Son de verdad fáciles de ver. Sencillamente se ocupa exactamente eso, desenfocarse e intentar ver lo que está atrás. Claro, podrían tener problemas si tienen astigmatismo o les falta un ojo. (principalmente por el ojo, porque se perdería la visión estereoscópica...)

Claro, hay gente que está en perfectas condiciones visuales pero que nada más no puede verlos, así que si quieren saber más o encontrar algunos tips para verlos, deberían entrar aquí o aquí.

En fin, a mí me encantan, así que para todos aquellos sin las dificultades antes mencionadas: Enjoy!

Es sólo un sueño


¿Cómo van a decirme que lo soñé? Yo lo vi todo.

Sé que estuve ahí, que vi el camino bordeado de unas flores blancas. La calle era de lastre muy claro. Podían ser las tres de la tarde, pero todo se veía como en las tardes de diciembre, y el sol iba bajando pero no dejaba de alumbrar. A ambos lados había cercas vivas de árboles con hojas rojas que transparentaban conforme el carro pasaba al lado y el sol las iluminaba. Todo era llano a los dos lados, y eran potreros interminables con dientes de león que salían volando de vez en cuando. Yo acercaba la cara a la ventana abierta y poco a poco me iba despeinando con el viento. Había un olor a hierba dulcete, como cuando acaban de cortarla. Cerré los ojos.

De pronto ya no vi el sol, y era que habíamos entrado a un tramo que estaba rodeado de árboles espesísimos, con todas las hojas de un verde oscuro que no dejaba pasar ni un rayo. Las ramas se cerraban sobre la calle, y sólo se veía entre sombras. Comenzó a hacer frío. Llovía. Cerré la ventana y me sentí de verdad incómoda, preocupada, como a la expectativa de algo horrible.

Cruzamos varios puentes. La lluvia era cada vez más fuerte. Los ríos se veían cargados de agua e iban más y más rápido. Arrastraban troncos, hojas, y así mismo iban deshojando todas las ramas sumergidas. Bajo cada puente que pasábamos había un río todavía más caudaloso y más oscuro.

No paraba de llover, y las gotas comenzaban a sonar fuerte contra al suelo y contra el parabrisas. Casi no se veía. Teníamos que llegar a algún lugar. No sé adónde. No creo que alguno sí supiera, pero nos estábamos atrasando, y llegar ahí era vital. Vital.

Llegamos al final del camino. Era una especie de dique. Al frente: nada. A la derecha: Una catarata. A la izquierda: Un lago enorme por el que se asomaban ramas de árboles muertos, y que sólo lo cruzaba un puente curvo que se perdía detrás de otros árboles.

Aunque la perspectiva no era exactamente hermosa, era la única opción. El puente era de hamaca, y por la lluvia el nivel del agua aumentaba constantemente. Mientras el carro pasaba, se iba tambaleando sobre el agua y se le hundían las orillas. Un alambre se reventó. Y otro. Definitivamente no podíamos seguir. Teníamos que seguir a pie.

Estaba oscureciendo. Caminamos sobre el puente enorme y el agua comenzó a meterse por las suelas, a llegar a los tobillos, y no paraba de llover. El agua era negra, y tenía toda la apariencia de ser uno de esos lagos artificiales bajo los que todavía en algún lugar está el pueblo hundido. Pánico. Es el mismo sentimiento de los barcos encallados. Las ramas que salían del agua ya estaban gastadas y llenas de algas y musgo. Eran casi de piedra, el esqueleto de lo que sí tuvo vida. Ya el puente no se veía. Caminábamos y en cualquier momento podía faltar una tabla que nos terminara haciendo un árbol más.

Todo estaba cubierto. Me volví con la esperanza de volver a mi camino de lastre de alguna manera, pero ya no había nada que no fuera agua. La única opción era adelante. (¿y adónde estaba adelante?)

Recuerdo que el agua siguió subiendo, y que mientras seguía recordé a Arenal y Tronadora, los dos pueblos hundidos. Las ventanas, las casas, los techos, los muertos que siguen ahí en el cementerio hundido. Las flores, los árboles, la orden de desalojo. Irse y saber que no hay regreso. Que ya no existe. Que sólo hay adelante y que detrás no hay más que agua.

No recuerdo más. Dicen que desperté.

Yo sé que han pasado años desde eso, pero no pudo ser nada más un sueño. Si fuera un sueño, ¿seguiría persiguiéndome todavía hoy?

5 meses ya...

Hoy hace 5 meses.
En el mismo lugar.
La misma hora.
Pocas palabras.
Sólo un vacío.
Enorme.
El mismo de hoy.
Y de ayer.
Y de unos cuantos mañanas.

Fear Of The Dark

Podría hablar largo y tendido sobre por qué ese examen fue una masacre completa, y sobre por qué fue mi culpa. Pero no, prefiero mi costumbre de don't cry over spilled milk y seguir adelante.

Por eso mi entrada de hoy, a partir de aquí, espero que sea completamente test-free.

De mi cama la única parte que toca pared es el respaldar, de ahí que de noche cuando tenía miedo, terminaba sola en una isla de cobijas sin poder alcanzar nada. Siempre le tuve un miedo inmoral a la oscuridad. Estaba completamente segura de que si bajaba los pies, de abajo de la cama iba a salir una enredadera con espinas que se me iba a enrollar en los tobillos.

Cuando era pequeña y me daba frío o miedo de noche, nada más llamaba a mi papá y él me cobijaba o me acompañaba. Pero claro, pasó el tiempo y dejó de ser tierno o creíble que la oscuridad me espantara de tal forma.

Muchas veces oía unas uñas en el cedazo, o algo que se movía por la acequia, y a partir de ese momento, sentía que una mano fría me iba a tocar la cara apenas abriera los ojos. Me quedaba quieta y todavía con los ojos cerrados hasta que me dormía y tenía pesadillas de esas en los que uno nada más no para de caer hasta que vuelve a la realidad de un solo sobresalto.

A veces tenía que entrar sola a la casa cuando ya estaba oscuro o estaba oscureciendo. Juntaba todo lo que podía haber de coraje en mí y entraba pretendiendo caminar normalmente, y pretendiendo que el pulso no estaba como para que el corazón se saliera. Bajaba las gradas e iba a los cuartos, pero detrás de cada puerta estaba segura de encontrar algún monstruo horrible que me iba a agarrar de las muñecas y que no me iba a dejar irme. Cada vez que el viento levantaba las cortinas, veía manos que las movían. En fin, era horrible.

Pasó mucho tiempo en el que el miedo nada más no cedía. Cuando tenía que bajar las gradas de noche para ir a mi cuarto, tenía que pedirles que me encendieran la luz o nada más me paralizaba en el marco de la puerta, como si más allá del cuadro iluminado estuviera otro mundo.

Esta entrada surge porque hasta hace muy poco descubrí que ya no le tengo miedo a la oscuridad. No puedo definir el momento en el que dejó de asustarme. Ni siquiera sé si fue instantáneo o paulatino. Sólo sé que ahora le encuentro su gracia a la oscuridad, y tengo que admitir que hasta me llama la atención poder ver un poco más de lo que ve la mayoría cuando está oscuro. (Para bien o para mal, otra de mis características felinas...)

Seh... Es en gran parte gracias a vos. Asumo que ya entiendo más tus tendencias noctámbulas. A buena hora...

Podría pintar bien

No corrí la milla, y eso me pone de malas.

Bendito tobillo que siempre me echa a perder mis mejores momentos... (Hmmm... no todos)

Pos bueno, mañana es el examen de mate, así que para todos aquellos interesados: No se extrañen si no me conecto o si me conecto a horas extrañas... And yeah, by that I mean you.

Linda mañana.

Rico almuerzo.

Clima fresco.

Podría pintar bien.

Happiness...

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