Hablando de Ascos

Somos un caso completo, la normalidad es algo a lo que ya dejamos de aspirar; nos conformamos con meramente aparentarlo. Teníamos diez años sin ir a misa, para ser exactos. Yo hubiera creído que el padre Rafael ya estaba muerto y enterrado.

¿Cómo se lo explico? Considero un abuso que usted lea mi blog. No me gusta. No me interesa que me conozca, así que estoy por moverlo de dominio si lo sigue leyendo. ¿Lo dije claro? Salga de mi vida.

Y sí, profundizando en el tema del sobrante de iglesias que aqueja al país... No me parece un problema. Me parecen lindas arquitectónicamente, en su mayoría, incluso algunas protestantes, que son todavía más elaboradas por el dinero ¿mal/bien? habido que colectan...

Es más, soy partidaria de la diversidad. Si usted quiere deificar a mi zapato está en su derecho, no voy a ser yo quien le niegue el gozo de lamer betún...

PERO caemos en sobrante de iglesias y de religiones cuando la gente ya no puede determinar por qué está ahí, cuando no es una decisión consciente, sino que es nada más por factores completamente externos a la fe o por ir por el rumbo de la gente.

La gente se dispersa muy fácilmente. Mucho. Y eso se nota a leguas. La gente va a la iglesia sin siquiera oír lo que les están diciendo. Casualmente hoy en misa Magenta me preguntó por qué Jesús lloraba cuando Lázaro murió... Y como buena madre católica no supe qué responderle. O mejor dicho, para no echarle a perder la fe desde ahora no le quise responder.

Mi empleada va a la iglesia que va porque tienen una muy buena tienda de ropa americana de segunda.

O sea, mi punto es que la fe es lo que menos abunda, la gente se cambia de religión como se cambia de calzones y es una minoría la que de verdad tiene fe en algo de lo que oye... Y no los culpo, qué difícil tener fe en algo, pero para eso estamos los que consideramos que una iglesia vale más en ruinas que ejerciendo.

Y claro, bienaventurados aquellos que todavía pueden cerrar los ojos y creer un poco en la gente, e ir a una iglesia y no juzgar a diestra y siniestra, y creer fielmente en lo que dice la biblia. Nunca voy a poder ser como ustedes.

Me encanta ver hablar a los que me llaman hereje por no haber ido a misa en diez años, y me apasionan los que todavía creen que un templo viene a ser algo útil para la sociedad. MI Dios (porque todavía tengo uno) no necesita que vaya a una iglesia por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso no ruego a Santa María siempre virgen ni a los ángeles, ni a los santos, ni a ustedes, hermanos, que intercedan por mí, porque si Dios es Dios lo puedo hacer yo misma sin arrodillarme. Amén.

1 comentarios:

A. Amador dijo...

Creo que con este post estoy relativamente de acuerdo, en casi todo...

Yo no me llevo con los extremos: ni con los ateos que se comportan ofensivos al propio con los creyentes (y no todos son así; un gran amigo mío es ateo y he tenido tremendas conversaciónes con él sobre religion y hasta la ilógica de la misma) como también detesto a los cristianos típicos que llegan y te dicen "Pero Carla, con esta mañana TAN bonita, como no vas a creer que Jespus...etc"

Sólo me quedan dos preguntas: ¿Cuál sería la respuesta que le hubieras dado a Magenta? y ¿Por qué andabas en misa si no crees en el Dios Cristiano?