H.D Magazine

No soy lectora asidua de las revistas sobre tecnología, o salud, pero al leer un breve artículo de la H.D Magazine, decidí que por la salud de todos, este artículo debía trascender, ya que nadie está exento de estos padecimientos aparentemente asintomáticos al principio.

Recientemente, diversas universidades americanas han volcado todos sus esfuerzos en estudiar dos fenómenos opuestos que afectan la salud humana. A pesar de la alta y probada incidencia de ambos, los estudios han recibido la calificación de "paracientíficos", recibiendo duras críticas de la mayor parte de gremios culturales.

La principal discrepancia alrededor del tema se presenta en dos sectores claramente diferenciados de la sociedad que, sin embargo, todos parecen querer evitar. El mundo se ha divido en la corriente de aquellos que profesan la soledad como forma de vida -su posición es que no vale la pena compartir con otras personas, que las relaciones humanas empobrecen la existencia haciéndola difícil- y aquellos que alegan por lo que insisten en llamar "amor". El segundo grupo se caracteriza por arrebatos impulsivos, euforia intermitente, y una seguridad completa de que, sin alguien sobre quien aplicar sus creencias (lo abrevian a.m.a.r), vivir no tiene sentido.

Es casi imposible encontrar individuos que no pertenezcan a alguno de los dos grupos, y un reciente opúsculo de la U.L.U.V pretende demostrar las implicaciones de la filiación con uno o con otro. Citamos las partes más relevantes a continuación, con el fin de facilitar el pronto diagnóstico de la pertenencia a los sectores afectados.

"...los únicos individuos que están a salvo son aquellos que puedan permanecer indiferentes ante el contacto de las extremidades superiores de otro ser humano -las manos- asimismo como ante el contacto de la epidermis de la boca de otro ser humano en diferentes partes del cuerpo en repetidas ocasiones."

El artículo continúa con la descripción del primer grupo de afectados.

"...la diferencia entre aquellos inmunes y aquellos pertenecientes al siguiente grupo es que los del primer grupo no evitan los contactos ni se mantienen indiferentes ante las demostraciones de afecto de otros. Éstos, sencillamente, suelen pasar rápidamente de una relación a otra, sin involucrarse más que físicamente en la etapa inicial del padecimiento. Las etapas subsiguientes consisten en un marcado desinterés por relaciones de cualquier tipo, y la adopción de una vida solitaria sin complicaciones. El estadío final suele tener consecuencias fatales, ya que suelen tener una crisis de aburrimiento con bostezos espásmicos en los que caen del lugar adonde estén y mueren de inanición mientras bostezan por días y días. Se cree que, de tener a alguien cerca, las convulsiones de hartazgo -como se les llama en los círculos técnicos- no desembocarían en la muerte, pero como mencionamos antes, la soledad es parte del padecimiento."

Finalmente, adjuntamos la descripción del segundo grupo.

"Inicialmente, un enfermo de amor presentará una actitud similar a la afiliación deportiva o política en grado sumo, sólo que ésta se presentará ante el objeto de su afecto -que para efectos de este estudio es siempre una persona. De ser un objeto, es importante revisar el perfil del primer grupo, ya que esos individuos generalmente pertenecen al mismo-. Aquellos pertenecientes a este grupo, además, presentan características externas como ensoñación, cambios de humor, sonrisa contagiosa, afonía dulceta, y se cree que, de dejarlos en un espacio estrecho con el objeto de su afecto, podrían llegar a fundirse en uno. Todo éste es llamado el Período Ventana de la enfermedad, en la que se incuba pero no se manifiesta todavía. Las fases terminales se generan cuando se produce una relación entre un Grupo1 en fases iniciales y un Grupo2 en período ventana. El espécimen del Grupo1 (G1, para abreviar) seguirá adelante sin esfuerzo, mientras que su paso por la vida del G2 catalizará un final desastroso.

"Los G2 que entren en una relación de este tipo comenzarán presentando calenturas incontrolables sin aparente malestar, se aumentará la euforia y se agravará la afonía, hasta llegar a un período denominado Desengaño en el que su vida sufre un giro y los síntomas iniciales se invierten. La calentura se vuelve congelamiento, funciones orgánicas al mínimo, se vuelven ruidosos y depresivos.

"Mientras que los G1 generalmente sufren de sus fases graves por días hasta la muerte, y suelen caer de camas o de sillas, las fases graves de los G2, por otra parte, son sumamente fugaces, con el problema de que, para cuando terminan es imposible salvarlos, ya que éstos generalmente caen de puentes o rascacielos. Cuando ha finalizado su ataque, apenas pueden dedicar sus últimos momentos al objeto de su afecto.

"En algún punto de la enfermedad, aunque sea post mortem luego de una relación G1, sucede que dos enfermos tipo G2 se encuentren, de manera que pasen su vida en período ventana hasta que la muerte de uno de los dos desencadene -no se ha probado cómo sucede- la del segundo individuo, ya sea de manera violenta o natural."

El opúsculo no profundiza en las formas de evitar los padecimientos, o al menos, las etapas más agresivas. Por el momento, los estudios no han revelado que haya alguna manera menos letal que la enfermedad misma para evitarla.

Estudios más recientes, sin embargo, informan que, de aquellos que murieron a causa del padecimiento G1, el 25% añora la vida, el 30% se niega a dar informes, y el 45% se arrepiente de su vida. Por otra parte, de todos aquellos reportados como padecientes del G2, el 50% afirma no arrepentirse de nada.*

*El otro 50% no pudo ser entrevistado, porque está fundido con la primera mitad entrevistada.


No sería una amiga objetiva y preocupada si no les refiriera el artículo.

4 comentarios:

Carla dijo...

Heartless' Digest Magazine.

A. Amador dijo...

Me gustó mucho el final... Ademas de que es cierto que uno no debe de arrepentirse de nada. Eso es actitud =)

Murci dijo...

q interesante ... x fuerza td ser humano debe ser clasifikdo en uno u otro grupo?

Carla dijo...

Puede estar en el medio si por alguna razón no siente nada por nadie... No sé, algún trauma encéfalo-craneano, quién sabe.