Call Of The Wild

Nah, no era taaan urgente. Pude haber esperado un poco más. A lo mejor hasta podría haber esperado hasta ahora, con un poco de esfuerzo. Pero no sé. Había algo ahí entre los árboles, con la garúa, las plantitas pequeñas y de colores, de las que uno casi nunca ve. El lote es irregular, tiene una parte de bosque secundario. En el centro tiene un árbol enorme, con miles de enredaderas, parásitas y epífitas, así como llamándolo a uno en ese momento que ya no puede aguantar las ganas de orinar.

¿Qué tan poco glamour puede tener ir a orinar detrás de un palo? Al inicio no quería, me parecía feo. Siempre me ha parecido feo, de hecho. El caballillo andaba ahí rondando los alrededores, y está sinceramente desquiciado, así que además me incomodaba la idea de estar en una situación comprometedora y tener que salir corriendo con los pantalones bajos porque al caballo se le metió el agua.

Nope, no me cuadraba la idea... ¿Yo? ¡Jamás!

... Pero de pronto la idea no fue tan descabellada, la voz del fondo de la cabeza diciendo "Ah, qué carajo..." Kleenex en mano, detrás del palo nos fuimos...

Es complicadísimo. Uno no aprecia las bondades de los inodoros. Todo sería muchísimo más fácil siendo hombre. En dos silbiditos ya terminaron, y sin todo el desastre del cálculo y de la posibilidad de inundarse los zapatos. Nunca había ido al baño al mejor estilo de mis ancestros muy ancestros, fue toda una aventura.

No sabía a qué altura era lo mejor, la incomodidad de que el caballo de verdad se alocara, que de algún lado saliera algún tipo, no sé, de todo. Además, nunca he sido demasiado buena haciendo sentadillas, y me temblaban las rodillas que era un contento...

Yo agachada y escogiendo un lugar sin hierbitas demasiado altas... En fin, fallé con las hierbitas. En todo lado eran demasiado altas. Hay que lidiar con ese tipo de asuntos.

Ah, no, y hay que mencionarlo: Era una especie de bajadita, y el charquito crecía peligrosamente y se acercaba a los ruedos de mi pantalón...

Estaba en lo más y mejor cuando el caballo de hecho comenzó a acercarse... Se me quedó viendo directo a los ojos y caminó hasta que quedó como a los 2 metros. Se me salía el corazón, con ese caballo. Bueno, paró y comenzó a comerse unas hojas...

En fin, de una forma u otra lo logré. Ah, la gloria. Festival en la vejiga.

¿Que por qué documento esto tan coloquial para muchos? Pues sencillamente no sé por qué no habría de publicarlo... Yo creo que es parte de mi política anti-tabú... Es lo más normal del mundo, y me encanta la incomodidad que le va a provocar a más de uno... ¿Por qué la gente se pone así con todo lo que es corporalidad, y demás?

Aquel que no orine, que tire la primera piedra.

Y a todos aquellos -especialmente aquellas- que nunca han ido a orinar ahí en el medio de la nada, de verdad les recomiendo la experiencia.

2 comentarios:

Oscar dijo...

hay veces en que de verdad adoro ser hombre :p

Carla dijo...

Insoportable... :P

"En uno de mis trayectos en bici por el Norte Argentino..."

Cuidaaaate!