El Filólogo Interno

Estoy segura de que todos tenemos uno, gracias. (Aunque sea un "complemento de filólogo", pero ahí está)

Es en honor a mi filólogo interno que como parte de la celebración del aniversario de mi blog (que se aproxima peligrosamente) voy a linkear a "ERES LO QUE ESCRIBES ERES COMO ESCRIBES", todo por la campaña de la buena ortografía en internet.

Además, para honrar el link y mi profesión, me voy a cuidar más con los asuntos idiomáticos en mi blog. Procuraré usar los puntos, comas, y punto y coma como Dios manda (aunque no crea mucho ni en Dios ni en el punto y coma).

Sobre todo, lo que definitivamente voy a comenzar a depurar es mi lenguaje diario. Voy a quitarle las pulgas para que sea más eficiente (por aquello de honrar además al informático interno y para que Cosito lo pueda apuntar en su diario, los comentarios de eficiencia). Voy a -intentar- eliminar las palabririjillas incómodas y hasta intentaré modular.

Para poner la cereza en el pastel, últimamente el estrés me ha tenido un poco malhablada, incluyendo el título de la entrada anterior, del que yo misma me asombré cuando lo vi ya despierta. Para ser sincera, mi primer impulso fue censurarlo. Luego pensé que, fuera como fuera, respondía muy emblemáticamente a los estímulos de ese momento. Era eso o matar a alguien.

Ah, me va a doler -y a costar- abandonar el "o sea".