Jeanette -mi nueva empleada- ha resultado ser una maravilla posiblemente mayor a la Robotina de los Supersónicos. Ha encontrado todas mis medias perdidas, todo en mi casa brilla, se podría comer en el piso y, de no ser por su feliz presencia, en este momento andaría con un solo zapato.
Hemos estado ignorando que habla sola, pero por todo lo demás es una máster en aspiradoras, debe tener un doctorado en ropa blanca, y además de eso es un amorcito de persona.
Otra de las maravillas de Jeanette es la honestidad. Maruja sacaba de mi alcancía los pases de todos los días, así que yo llegaba y echaba los vueltos del día pero mi alcancía nunca engordaba, porque salía más volumen del que entraba.
Como sea, hoy estuve sacando la plata de mi alcancía porque algo me dice que lo necesitaré pronto, y soy la feliz dueña de 32250 colones, una ficha de cyber city, 50 centavos de euro, un córdoba, un centavo de Barbados y dos pelusas. Mi reacción no fue favorable, ya que esperaba mucho más después de no sacar mi alcancía en unos 6 años. Eso me deja la horrible convicción de que esos 32250 pesos son solamente lo que he podido ahorrar de inicios de julio a acá.
Mientras sacaba moneditas, las organizaba y las ponía en puñitos de 10 me ponía a pensar en las personas que no tienen que pasar por el trance de abrir una alcancía a ver qué.
*Pongo cara de meditación agarrándome la barbilla, ladeo la cara, de mi cabeza sale una nube y adentro está lo siguiente:*
Primero aparezco yo en mi mansión con fuentes y jardines, todo muy lindo. Luego aparezco grabando mi película y firmando autógrafos, sin mencionar la entrega de premios. Luego aparece la molestia de los paparazzi, el no tener vida privada, no poder salir en pijamas ni guiñarle un ojo a equis tipo... Luego ya no tengo amigos, y nadie me quiere por lo que soy, y luego, justo antes de suicidarme...
*Cambio de nube, mejor.*
Soy la misma pero siempre he sido la primera en todo, soy una estudiante estrella. Mis notas siempre son de 10 y las universidades, de pelearme, están a punto de arrancarme los brazos y las piernas. Lo malo es que en el proceso no tuve amigos, ni infancia, y mi familia me presionó para llegar hasta ahí. Me hago un genio cotizado con una fortuna amasada a punta de esfuerzo, pero todos sabemos que sólo los tontos son felices, así que sí, sé todo esto, pero sigo sola, y luego, justo antes de suicidarme...
*Ojalá esta nube sea buena*
Y me veo a mí misma en unos cuantos años, llevando una existencia de persona promedio. Nadie me conoce en la calle, y eso no me molesta. Me gusta. Tengo una casa acomodada, un carro que no me da tétano y que además me lleva de un lugar a otro. Soy una persona más que vivió sin pena ni gloria, diría alguien un poco extraño, alguien que no sabe reconocer ni la pena ni la gloria que es saber vivir cualquiera de las vidas que correspondan, aunque toque el papel de masa, los que sólo caminamos casi tocando bastidores sólo para darle realidad a la escena de los que, antes del fin de la obra van a terminar muertos.
Y asumo que aquí es donde me voy a casar con Nacho y me doy cuenta de que otra vez estoy teniendo pesadillas y me despierto. :P Jaja.
En resumen, ya puedo ir a comprarme un confite caro con mis treinta mil, y me encanta poder pasar por el trance de abrir una alcancía a ver qué.
Una ficha de Cyber City,dos pelusas, tres monedas
Publicadas por Carla a la/s 1:27 p. m. Etiquetas: Pequeños Monstruitos
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5 comentarios:
Ay Carla, extrañaba tanto leerla jajaja (Pero extraño aún más verla -imagine mi cara de niño triste-)
Haber cuando nos vemos y aunque sea nos tomamos un cafe :)
Jaja, obvio! Y espero verlo el primer miércoles a las 7!
No me gustaría llegar a vieja y darme cuenta de que he vivido una vida promedio...
No la quiero ni de paparazzi ni de cartones... Sólo distinta, como para mi.
Por cierto se me había olvidado el mágico poder de las alcancías...
Voy a volver a ellas...
Es que si lo piensa, ninguna vida es promedio. Todas son demasiado extrañas, y si fuera bien escrito, de cualquier vida se podría sacar un libro. A lo que me refiero con vida promedio es a tener mis aventuras sin que al mundo entero le incumba, y poder tener tiempo para lo que de verdad quiero, no ser un alma sufridísima de esas que uno ve levitando por la calle.
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