Ay, es que yo sería tan feliz si recuperara mi sentido de la feliz intrascendencia.
Porque seamos realistas, todo en este mundo es intrascendente. El mundo en sí es intrascendente para el universo, y en últimas hasta nos podemos joder todos en un glorioso Big Rip y si hay algo más grande tampoco le va a importar eso que se llama demasiado.
La única razón por la que algo en este mundo se hace importante es porque algunos son más convincentes que otros cuando dicen que las cosas son importantes.
No, ni caso. Tenía planeado escribir algo liviano y llevadero, pero asumo que el naturalismo se me quedó pegado.
Me limito a decir que ya no recuerdo cómo hacía en aquellos dorados tiempos en los que de hecho escribía la primera tontera que se me viniera a la cabeza y era feliz con eso... Supongo que acepté como suficiente el dramatismo ya existente en la sociedad como para añadirle consomé al caldo con mis lagrimitas de cocodrilo.
Quién sabe, en la de menos mi tranquilidad y yo estemos de vuelta pronto. No se puede más que esperar. Palabra que procuraré encontrarme, y como inicio de campaña, a cada persona que me tope le preguntaré si me ha visto.
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