Pero si yo sólo quería ir a verme al p*to espejo, ya que no he tendido la cama, no me he vestido, no he abierto las cortinas y toda mi ropa está tirada por mi cuarto mientras yo me quemo las pestañas frente a un monitor por lo menos quería entrar al baño, estirarme la quijada con la mano, pegarme una palmadita en el cachete y comenzar otro día... Algo así como buscar una cara que no me reproche algo, y me encuentro con el espejo empañado en las partes en las que no habían corrido ya las gotas que se habían comenzado. Mi imagen a través de todo el desastre y del vapor de haberme bañado por horas como para lavarme las pesadillas (por aquello de no prenderme fuego) no era lo más paradisiaco del mundo.
Si fumara, ese hubiera sido el momento ideal para sacarme un blanco de la pijama (hay que ser un buen vicioso), sentarme al borde de la tina y añadirle un poco más al Londres de mi baño, que qué chicha ando que hasta pienso en fumar. Eso, amigos míos, es lo más cerca del suicidio que llega Carla Alvarado.
No voy a limpiar el espejo, pensándolo bien serían sólo ganas de buscar otra cara que también me reprocha algo.
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1 comentarios:
cheer up :-)
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