Promesas de Eternidad

Hoy vi cómo atropellaban a un perro, como rodaba debajo del carro, cómo se arrastraba hasta el caño... Cómo gritaba al punto de que me dejó temblando y casi llorando... Vi, de hecho, cómo sangraba por el pecho y todavía corría.

Y desde hace días se me viene aumentado mi pánico desmedido a la muerte... Ayer pasando junto a un cisterna comentaban en el carro de la vez que uno explotó en el Cerro de la Muerte y quemó a todos los que vivían en una casa a los 100 metros... Y es eso de imaginarme corriendo entre la pelota de llamas, los que podrían ser los últimos pensamientos de alguien quemado vivo...

Nada dura para siempre. Nada.

Ni siquiera esas promesas de eternidad que a la gente le encanta dar.

4 comentarios:

Carla dijo...

Sep, excelente cuento.

Esteban Chi dijo...

Así como hay diferentes tamaños de infinito, hay diferentes tamaños de eternidad...woah...que filosófico, sorry, ahora yo soy el que está aburrido.

Unknown dijo...

Todo depende de qué le pregunte a quién, para los matemáticos es fácil imaginarse el infinito o los distintos conjuntos finitos que se comportan como infinitos; a un poeta le es fácil pensar en un amor sin fronteras; y a un escritor una historia sin fin...
Acuérdese que la vida es la parte fea y la muerte es la via para el paraíso

Carla dijo...

Ok, ok... Comentario problemático.

De hecho que el infinito no se puede concebir así como así... La matemática propone una ideita de lo que podría ser, pero la mente humana no es algo con lo que se pueda concebir la eternidad o el infinito...

Hmmm... Me gustaría pensar que un poeta podría concebir un amor sin fronteras... Pero no hay historia sin fin...

Y últimamente me he sentido tan, pero tan polvo eres que no creo que después de a muerte haya más que eso: polvo. Bien si hay algo, pero por si las dudas, prefiero vivir todo lo posible mientras esté viva.