Me incomoda tremendamente oírlo hablar del futuro como si no fuera a terminar solo como un perro. Oigo los planes de esa vejez inexistente y prefiero nada más volver la cabeza hacia la ventana y pretender que esa noche no pasó, porque algunas veces el desconocimiento, la ignorancia, son una bendición.
Pasé tristemente enferma uno de los días del año más importantes para mí. ¿Y para qué? Me enfermé por el frío de hospital, por esa ansiedad de saber lo que va a pasar, porque el chocolate caliente de máquina ni es de verdad chocolate ni mata lo inevitable.
No sé si de verdad lo que siento es odio, es más bien como un asco contra mí misma a ratos por el fantasma que me ronda constantemente y que no tengo las fuerzas para alejar. ¿Quién diría que mi fantasma iba a ser de carne y hueso? ¿Quién habría pensado que lo iban a resultar siendo mi carne y mis huesos
Bien, cambio brusco de tema.
Llovió y llovió y llovió como pocas veces, y desde hace tiempo no me alegraba tanto ver llover. Ayer andaba de ese buen humor que ni el día oscurísimo ni el frío apagan. Seh, yo sé, yo sé...
En fin, ayer me sentí como el más bajo de los traidores...
Sólo una cosa que decir:
Future Proche
Publicadas por Carla a la/s 12:32 p. m. Etiquetas: Bitter, Gente, Pequeños Monstruitos
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