Honor al Trauma

Ya lleva las monedas en la mano, es cuestión de todos los días. Demasiado cotidiano. Demasiado automático.

Sí, es a usted a quien estoy viendo a los ojos, aunque pase al lado y me ignore, aunque seamos para usted nada más dos perros. Le estoy hablando, aunque usted preferiría además ignorar que tengo boca.

No me importa quién sea usted, no sé su nombre, pero lo conozco. Lo veo todos los días, aunque usted no me ve a mí.

Es que sí, sí es a usted a quien le tiendo la mano, y no porque se necesiten sus monedas, muchas gracias, pero no las necesito. Le tiendo la mano porque usted es el que me necesita a mí.

Está lloviendo, y usted ni siquiera lo ha notado. Puede quejarse del mal tiempo, pero no ha notado la lluvia, ni siquiera se percata de cuándo puede cerrar la sombrilla. Se monta al bus y no limpia la ventana empañada porque nada más no le importa lo que pueda haber afuera.

¿Ve esa paloma? Está enferma. Y yo sé eso porque la he visto todos los días, porque la conozco, porque no son iguales entre sí, porque cada pluma es diferente, la forma de moverse, las alas, porque de pronto dejó de comer, agachó la cabeza y se quedó en silencio, porque es mi amiga, e igual que yo ya está agonizando... No nos queda demasiado tiempo aquí, nada más lo suficiente para decirle que a usted tampoco.

No hay demasiada diferencia entre usted y yo. Ya ve, la más importante es que yo sí tengo quién ladre por mi muerte. Alguien va a sentir que me fui y va a llorar por mí, y de mí lo que va a quedar va a ser él aquí adonde antes estaba yo. A usted si acaso lo van a meter en una caja por decencia con los gusanos.


Volvió la cara y se apuró a caminar.

Al día siguiente volvió a pasar, y las monedas rodaron por la acera y un perro se despertó de pronto.

No notó que ya no había nadie.

Antes de subir al bus, se saltó una paloma muerta.

P.S:Ok, no me pregunten, es una larga historia. Nada más tenía que escribirlo exactamente así para hacerle honor al trauma. Nadie los obliga a leer mis locuras, jajaja

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