Pienso que hay una cierta parte de la memoria dedicada a eso que no es necesariamente un pensamiento o un recuerdo concreto. Es esa memoria que al percibir determinado olor nos remite inmediatamente hacia un suceso pasado y querido (u odiado), o que al roce de una mano ajena recordemos aquella tan querida, en fin, todos estos pedazos de memoria, que mi punto es que lo que traen no son datos en sí, que son tan etéreos y tan intangibles como la memoria en sí.
Casi siempre estos recuerdos los llevamos con nosotros sin tener conciencia de ellos, e incluso nos persiguen de vez en cuando. Muchas veces nos sorprenden al presentarse, como si fueran de vidas ajenas a las nuestras.
… Pero no notamos cuando se van. Porque se van como vinieron, de puntillas. Llegaron y se acomodaron en algún pliegue de la memoria, sin anunciarse. No notamos que una parte de nosotros se fue con ellos. Algo importante, doloroso y profundo.
Es como cuando tratamos de evocar alguno de esos amores viejos y podemos ver a aquella persona como era. Todavía podemos oler su colonia, su perfume. Los oímos, saboreamos la comida que compartimos, recordamos como se sentían… pero falta algo en la memoria del asunto. Muchas veces los quisimos y no recordamos cómo era quererlos.
Podemos evocar las situaciones enteras que nada más no viene a nosotros el sentimiento. Se fue y no vuelve. Podemos ver a la persona y ya no sentimos las maripositas en el estómago, ya no nos sonrojamos cuando nos habla, se une a la masa de los demás.
Esto lo escribí estando en la playa. No estoy segura de qué quería, si era escapar de mí misma o buscarme. Como sea, no pude evitar notar que una parte de esos recuerdos de sentimientos y sensaciones se fue. No sé cuándo, ni cómo. Ya hablé del sigilo que manejan.
Me aterró sinceramente notarlo… ¿Irrecuperable? No pude ni siquiera verle la cara. Me parecieron extraños todos los recuerdos que tengo guardados como míos. ¿Quién era? ¿Quién es? Se va poco a poco.
¿Sentimiento predominante? No es soledad. Mentiría. Tampoco es tristeza, o vacío. Es… ¿cómo describirlo? Ver el entierro de un desconocido. Es como esa nostalgia que le da la muerte a los mortales… sin que sea de ellos el muerto.
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