Que estoy harta de que me vean como muñequita de porcelana, eso es lo que pasa. Todos en algún momento por alguna razón me han visto así. Y es que... No sé, he intentado redactar esto como mil veces y cada vez nada más suena peor.
El asunto comienza por los que me ven frágil ya sea psicológica o físicamente... Los que no toleran ni que me dé el viento (bueno, se los agradezco, muestra de que les importa, pero igual) y los que consideran que debería nada más vivir encerrada para que nadie vaya a llegar y hacerme sufrir porque Dios guarde... No me da miedo salir lastimada de una situación. No me da miedo decir lo que pienso... No me da miedo sentir que me muero si eso implica que hice algo que se parecía a vivir... Que es que palabra que no me da miedo estar triste por momentos, de hecho considero que estoy en todo mi derecho... De estar cansada, de estar enojada... Sólo las muñequitas no tienen ese derecho.
Puedo seguir con que no es cierto que vivo en mi mansión victoriana con mis muñecos, mis peluches y mi vida feliz y linda. Sí, mi vida es feliz y linda, pero porque así lo he querido como cualquiera lo puede querer... No por ninguna estrella que tenga en la frente. No me la pintaron en la fábrica, ¿saben? Se les debe haber olvidado...
Muchas veces me han enseñado que si uno es de cierta clase, debe relacionarse sólo con gente de esa cierta clase... Pero paria que seré, no creo que se me caiga el orito si de pronto hago migas con el más miserable de los miserables...
Ah, y en la fábrica además cometieron el terrible error de ponerme algo por lo menos parecido a algún mecanismo para sentir... Así que recientemente he cultivado una cepa deliciosa de odio contra ciertos "amigos" que han caído en desgracia por diversas razones, incluyendo el haberme visto como muñeca, o peor aún, el más capital de los pecados, haberme tratado como tal.
Porque no me importa ensuciarme las manos. Si tengo que trabajar con tierra, lo hago. No me da miedo que se me quiebren las uñas, que se me ensucie el pelo, mojarme. Si tengo que palear, paleo como cualquiera. Si tengo que sembrar, siembro. Si es de sentarme en un poyo a comerme una mandarina después de haber trabajado como peón de jardinería, ahí me encontrarán, y no me da miedo perder lo fashion. Nada podría importarme menos...
No soy una niña urbana, de tacones. Cada cosa tiene su momento, pero si es de ir a meterse a la montaña, cruzar ríos, lo que le pueda pasar por la cabeza, ahí estaré, no voy a ser de las que le pidan a un nene que las alce para no mojarse, o que griten en el típico truco de la vulnerable para luego quedarse con ellos...
Es más, no soy una muñeca que necesite muñeco para sentirse completa...
Wow, en un concurso de fruncir el ceño ya me habría llevado el millón de dólares con esta entrada... No tienen idea de cuánto me enojó otra vez la bendita concepción de muñeca...
Nada más por favor, por favor, antes de pensarlo, piénsenlo dos veces... Y antes de decírmelo... No, nada más no me lo digan a menos de que venga acompañado con un "pero ya no lo pienso"...
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2 comentarios:
Toes no hay remordimientos si le gano en Smash? :P
XD
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