Y los libres del mundo responden...

¿Qué? ¿Ni un momento, puedo tener? ¡Vení cantámelo! Por todo lado, tenés que salirme, ¿no?

Sean eternos los laureles
que supimos conseguir:
Coronados de gloria vivamos
O juremos con gloria morir.

Oíd ¡mortales! el grito sagrado:
¡Libertad, libertad, libertad!
Oíd el ruido de rotas cadenas:
Ved en trono a la noble Igualdad.

Et coetera...

1 comentarios:

Unknown dijo...

Desgraciadamente hermanita, en este mundo todos somos esclavos de algo, de alguien o de algun lugar. La libertad es un cuento que aunque creimos alcanzar, esta todavia muy lejos...
... quizas la muerte, si ella nos lo dira!