Día, sencillamente.

Un día normal.

¿Normal?

¿Normal con tacones y pelo lacio y esa blusa? Nah, puede que no haya sido un día normal, pero no fue un buen día. Fue nada más un día, de muchos, de tantos... ¿Cansada? Como nunca... Ligeramente enojada... No me siento tan en paz como me había estado sintiendo los otros días... ¿Rescatable? Ya logré sacar al tipo annoying de la tesina, y me gustó la clase de comunicación... Eso académicamente... Y rescatables también unas curiosas clases de pool con mi profe elegante... Siempre me ha matado ese look de pantalón negro, camisa negra y corbata de otro color...

Cambiando de tema, algo que desde hace días estoy por contar... Sobre Héroes y Tumbas:

En esta edición, que considero definitiva, los capítulos XXXVI y XXXVII del "Informe sobre ciegos" han sido rehechos, espero que para bien. Ernesto Sábato, marzo 1990.

Mi edición es del 2006, bastante después de haberlos rehecho. Ni siquiera sabía que esos capítulos los hubiera reescrito de alguna forma.

En fin, desde que leí el libro me entró el furor de cazar ese libro (uno anterior al 90) costara lo que costara. Mi primera reacción fue pensar en Mario, y de hecho le pregunté el año de la edición del libro de él y me dijo que era como de los 70's. Decidí esperar hasta verlo para poder además revisar el libro.

Tuvimos unos cuantos tropiezos en el camino, por lo que decidí encontrarlo yo misma en la bilioteca. Cuando digo "yo misma" me refiero a que me pensaba meter en ese mundillo de páginas a buscarlo sin referencia estante por estante.

Cada vez que me sobraba un momento, podían encontrarme ahí hojeando volúmenes de volúmenes de cosas, historias del arte, retóricas... De hecho una vez mencioné en este blog ese algo que siempre me acompaña en las bibliotecas. Ese fue un día de aventura entre libros...

Como sea, fue el viernes, creo, cuando temprano decidí ir a la biblioteca mientras esperaba el bus. Estantes, signaturas... Y no sé cómo, fue como imantada, llegué a la literatura hispanoamericana. Llegué a Sábato. Encontré unos ensayos, pero no encontraba la novela.

Busqué en los estantes de arriba, en los de abajo, los de los lados ya eran de otros autores. Resultó que lo tenía justo al frente. Como 8 ejemplares. Agarré uno y lo abrí. "En esta edición, que considero definitiva.." No podía ser, que hubiera llegado hasta ahí y que fueran nuevos. Encontré uno bastante viejo, empastado como mil veces y comido en las orillas, pero busqué la bendita leyendita de la edición definitiva y más que muy alegre comprobé que era viejísimo.

A como pude, abrí en el capítulo 36 el libro nuevo, lo mismo con cuidado con el libro viejo y los fui comparando línea a línea.

Llevaba MESES esperando ese momento, cada vez que pasaba me picaban las manos por quedarme y buscar el libro... Y sí, ¿por qué no decirlo? Era una locura muy a lo Sábato... Más o menos así como bañarse después de un mal sueño...

Ya los tenía en las manos... En el lugar preciso. Las dos versiones... La ilusión de mi vida, jaja...

"Mientras fui avanzando, aquella claridad aumentaba, hasta que comprendí que la caverna en que creí haber estado era un gigantesco anfiteatro que se levantaba sobre una planicie bañada por una luminiscencia entre rojiza y violácea de un astro muchísimo más grande que nuestro Sol, pero cuyo desfalleciente brillo indicaba que estaba cercano a su fin."

Leyendo y comparando. Leyendo y comparando.

El momento tan esperado.

Son lo mismo.

Son el mismo capítulo casi solamente con diferente orden. Lo que anduve buscando, esperando, nada. La misma cosa.

¿Lección de vida? ¿No emocionarse por cosas poco importantes? Lo dudo.

Más bien me hice más partidaria de las pequeñas emociones.

3 comentarios:

Esteban Chi dijo...

Una informática q no usa la base de datos virtual? =O

Oscar dijo...

que esperaba ? jejejejeje, son varas, x cierto, me violaron un poco mas de lo esperado en progra :(

Oscar dijo...

si queres borras ese comentario :p