Hmmm... Siempre las cosas interesantes pasan después de que ya he escrito mi "entrada diaria"... Hoy me pasó algo que no me pasaba desde hace bastante tiempo... Me tiraron el teléfono.
Uy, sí, ajá... Le tiraron el teléfono... Pues bueno, el caso con eso es que es como apretar un botón que haga que me sulfure completamente por dentro... Desata demonios que nadie quería conocer. Y me lo hizo alguien de quien no lo esperaba... Aunque bueno, ese es un alguien del que tampoco sé qué esperar del todo.
...Y ahora me duele tanto la cabeza... Y todavía tengo que estudiar mate... Y no sé qué pensar sobre las decisiones que estoy tomando. Sé que no han sido las mejores, y que rayan en lo estúpido, pero ahora más que nunca las veo en toda su magnitud... Y sé que tengo un corazón en la mano, y no sé bien qué hacer con él... Y no sé si me gustaría aceptar la oferta, y me duele pensar lo que pasaría con él y conmigo si la rechazo, porque hoy, con esta cefalea, veo más esas cosas locas que sólo se perfilan cuando la cabeza también está loca... Y creo que me muevo por caprichos, y que sí, que vos mismo sos un capricho... y vos... y vos... y vos... y te extraño.
Y yo misma.
No sé qué tanto de esto vaya a ser cierto mañana por la mañana o incluso ya luego en la noche... Si no pudiera olvidar esto por las noches o cuando una pastilla me quite el dolor, no sé qué sería de mí...
¿Pero qué digo? De todas formas no sé qué va a ser de mí.
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